En partes y sin salir de Iguala, así fue la desaparición de normalistas de Ayotzinapa

Un análisis a más de 200 mil registros de comunicaciones de interés, que se realizaron el 26 y 28 de septiembre de 2014, reafirma que no existe evidencia técnica que respalde la hipótesis de que los 43 normalistas de Ayotzinapa fueran trasladados fuera del municipio de Iguala, Guerrero, durante su desaparición.

Los detalles expuestos en el Anexo 8 del informe de la Comisión para la Verdad y Accesos a la Justicia del Caso Ayotzinapa, refieren “debilidades” de la denominada “Verdad Histórica”, la cual apuntó que los estudiantes fueron asesinados e incinerados en el basurero de Cocula.

De acuerdo con la revisión a la red principal de comunicaciones, en la que se analizó el intercambio y ubicación de las llamadas y mensajes entre los involucrados aquella noche y madrugada, indica que no hubo actividad relevante en el municipio de Cocula por parte de Guerreros Unidos, grupo criminal al que se ha adjudicado el crimen.

El registro de las actividades de los integrantes revela que de las mil 658 comunicaciones de este grupo delincuencial el 26 de septiembre, mil 648 se dieron únicamente en Iguala; cinco, en Cocula; cuatro, en Tepecoacuilco y una más en Eduardo Neri.

Al día siguiente; dos mil 314 también fueron en Iguala; únicamente tres en Cocula; cinco, en Eduardo Neri, y una más en Tepecoacuilco.

Fragmentos del reporte refiere que los sicarios recibieron órdenes de desaparecer a los normalistas a cambio de cinco mil pesos y un ascenso “si hacían bien el trabajo”.

También señala las intenciones de quemar los restos, “pero iba a ser complicado, por lo que deciden llevarse paquetes en bolsas para que cada grupo hiciera como quisiera”, por lo que “con su gente, ‘les meten machete’ a los estudiantes y reparten los restos en bolsas”.

Entre las conclusiones, destaca hipótesis que también ya habían sido planteadas; una de ellas, que los estudiantes probablemente fueron retenidos en diversas casas de seguridad en el municipio de Iguala.

“No se descarta el empleo de distintos métodos de traslado hacia otras poblaciones, aunque en fechas posteriores al 27 de septiembre”, indica.

Otra parte, retoma la versión que apunta que los estudiantes fueron incinerados en crematorios de la funeraria “El Ángel”, ubicados en la salida a Chilpancingo y al centro de la ciudad.

Al explicar el control del territorio que tiene Guerreros Unidos en Iguala, el reporte destacó que la red de complicidades y relaciones existentes fue, “sin lugar a duda, un elemento que facilitó la desaparición forzada de los 43 normalistas”.

CEHR