Isabel II traza agenda legislativa de GB, dominada por el Brexit

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Foto: larazondemexico

En Londres

Isabel II acudió ayer a Westminster como jefa de Estado para leer el programa legislativo del gobierno. Sin embargo, por primera vez desde 1974, no hubo carroza tirada por caballos blancos ni vestimenta de gala. El adelanto electoral no permitió en esta ocasión organizar el evento con la habitual pompa real y la sombría puesta en escena se convirtió en la metáfora perfecta para explicar el turbulento panorama político.

Tras el fisco electoral, en el que la premier Theresa May perdió la mayoría absoluta, su posición quedó más debilitada que nunca y su supervivencia depende ahora de un acuerdo con los unionistas norirlandeses del DUP, que sigue sin concretarse.

La delicada situación obligó ayer a la líder tory a suavizar su tono en torno al Brexit. Como era de esperar, la salida del bloque comunitario se convirtió en el protagonista absoluto. Aunque se reiteró la intención de sacar también al país del mercado único y la unión aduanera, la amenaza de “mejor no pacto que uno malo” fue transformada por el compromiso de buscar el mayor “consenso”, entre partidos, gobiernos autónomos y hasta empresarios para alcanzar “el mejor acuerdo posible”.

Fue ésta precisamente la frase con la que la monarca comenzó el discurso redactado por el Ejecutivo para los próximos dos años. Con el fi n de dar tiempo a discutir todo el complicado proceso necesario para llevar a cabo un divorcio sin precedentes, no habrá otro programa legislativo el año que viene.

En este sentido, de las 27 normativas presentadas ayer, ocho eran referentes a la salida de la UE. Entre los proyectos de ley destaca la “Gran Ley de Derogación”, que revocará el Acta de Comunidades Europeas de 1972 —que en su día autorizó el ingreso de Gran Bretaña en la UE— y que convertirá en británicas las leyes comunitarias, además de poner fin a la jurisdicción del Tribunal Europeo de Justicia.

Se incluyeron también otras piezas legislativas para recuperar la gestión sobre ciertas áreas clave, como la pesca, agricultura, aduanas y, sobre todo, inmigración. No obstante, no hubo detalles de la hoja de ruta por lo que un año después del histórico referéndum, la incertidumbre sigue siendo la tónica general. Es más, ni siquiera existe la certeza de que May vaya a ser la primera ministra durante todo el proceso de negociaciones, ya que son cada vez más voces las que vaticinan nuevos comicios el próximo año.

Es tal su falta de autoridad, que la premier se vio obligada a abandonar las propuestas más polémicas que incluyó en su manifiesto en abril, cuando daba por seguro una barrida a la oposición laborista similar a la que en su día consiguió Margaret Thatcher.

Entre otras, quedaron fuera su controvertida reforma educativa, la votación para restaurar la caza del zorro y el “impuesto sobre la demencia”. La muy criticada reforma sobre asistencia a personas mayores que durante la campaña puso en contra de May a jubilados e incluso la prensa más conservadora será sometida ahora a un “periodo de consulta”.

Por otra parte, no hubo medidas específicas en materia de lucha contra el extremismo, como estaba previsto, sino un compromiso de revisar la legislación antiterrorista para dar más poderes a la policía, tal y como se prometió tras los recientes atentados en Londres y Manchester.

El próximo jueves, la Cámara de los Comunes deberá votar el programa legislativo y será entonces cuando se sabrá si May realmente puede gobernar en minoría. En este sentido, será clave el apoyo o abstención de los diez diputados del DUP.

Fuentes de la formación norirlandesa advirtieron el pasado martes que el diálogo no marcha como esperaban y urgieron a la premier a “centrarse más”. Un alto cargo unionista aseguró que el apoyo de la formación “no debía darse por sentado” y agregó que si la premier no podía llegar con ellos a un acuerdo, “¿qué significaba eso para las negociaciones más grandes en las que está involucrada?”. Una alusión a Bruselas.

May va por acuerdo con “el máximo apoyo”

La primera ministra británica, la conservadora Theresa May, prometió ayer negociar con Bruselas un acuerdo para el Brexit que “funcione para toda GB y cuente con el máximo apoyo ciudadano”.

May dijo también que ese eventual acuerdo debe “reflejar el resultado del referéndum” del 23 de junio de 2016, en el que 52 por ciento frente a 48 por ciento de los británicos votó en favor de salir de la Unión Europea (UE).

La líder conservadora planteó su posición durante su intervención en el debate en la Cámara de los Comunes sobre el programa legislativo de su Gobierno, presentado previamente por Isabel II en el llamado Discurso de la Reina.

En contra de la idea inicial de romper radicalmente con la UE, en los últimos días varios ministros conservadores han indicado que se podría intentar negociar la permanencia en la unión aduanera y a algunas instituciones comunitarias.

Al repasar su programa legislativo, centrado en disposiciónpara materializar el Brexit, May, cuestionada entre sus propias filas, prometió gobernar con “humildad y determinación”.

Suaviza su plan de Gobierno

El programa, leído ayer por la reina, eludió asuntos que se demostraron más impopulares en la reciente campaña electoral. Algunos de los aspectos que quedaron fuera son:

El impuesto sobre la demencia. Consiste en un copago sanitario a abonar por los jubilados que tengan bienes por más de 125 mil dólares para cubrir los gastos de su atención sociosanitaria.

La reforma educativa. Busca incentivar y extender el sistema de selección de escolares académicamente más aptos que fue parcialmente abolido por los laboristas en 1998.

La restauración de la caza del zorro. El uso del perro para la cacería de zorros, prohibida desde 2005, era uno de los planes de gobierno de la conservadora.

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