Gobernador de NY se mide al magnate ante la pandemia

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Foto: larazondemexico

No sólo la líder de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, los legisladores demócratas y algunos miembros del propio gobierno de EU se han mostrado reticentes a aceptar la respuesta de Donald Trump al brote de coronavirus. Algunas autoridades locales han destacado por su forma de encarar la crisis por encima de la incredulidad del mandatario, quien a pesar de una escalada de casos, estaba a punto de relajar las vitales restricciones, con el fin de relanzar la economía.

Es el caso de Andrew Cuomo, el carismático gobernador de Nueva York. La autoridad del estado más afectado, con mil 218 muertes y más de 66 mil contagios, se ha colocado en un punto favorable de la opinión pública estadounidense, como un medidor de cómo un líder debe responder a una pandemia.

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De acuerdo con una encuesta de Siena College, publicada ayer, 84 por ciento de los neoyorquinos aprueba la manera en que el gobernador demócrata responde a la pandemia. Sus acciones —junto a las del alcalde neoyorquino, Bill de Blasio— también ha servido de contrapeso cuando las decisiones de Trump no parecen ser las más adecuadas.

El pasado domingo, Cuomo advirtió que hasta 80 por ciento de su estado podría contraer el Covid-19, a menos que se tomaran medidas, por lo que exigió al presidente Trump que su gobierno se hiciera cargo de la adquisición y distribución de suministros médicos, para evitar que los estados tengan que competir entre sí para comprar equipos esenciales.

“Una de las razones por las que tiene éxito (Andrew Cuomo) es porque lo hemos ayudado a tener éxito”

Donald Trump

Presidente de Estados Unidos

Cuomo, de 62 años, hijo del exgobernador Mario Cuomo y hermano del periodista Chris Cuomo —un periodista de la cadena CNN con quien Trump se ha enfrentado con frecuencia—, ha desarrollado una reputación de hablar con franqueza, pero también por mostrar un tono personal y tranquilizador que ha salido a la luz en una serie de sesiones informativas esta semana, conferencias de prensa que ya rivalizan con las de Donald Trump en la Casa Blanca.

El pasado domingo, Cuomo dedicó un segmento de su conferencia de prensa al impacto emocional que el autoaislamiento tiene en las familias, particularmente encerrados juntos por largos lapsos. “Esto es realmente complicado”, admitió. “Vivo solo, incluso ya me estoy molestando con el perro”.

Cuomo también se ha esforzado por dar esperanza: “Será difícil, no hay duda. Pero estaremos bien. Las tiendas de comestibles van a funcionar, habrá comida, los sistemas de transporte funcionarán, las farmacias estarán abiertas. Todos los servicios esenciales se mantendrán.

“No habrá caos, no habrá anarquía. Se mantendrá el orden y la función. La vida continuará, diferente, pero continuará. Así que respiren profundo”, declaró en una conferencia que dio la vuelta al país y que sirvió a los presentadores de noticiarios para comparar con la manera en que Trump ha hablado a la ciudadanía.

La buena recepción ciudadana de la gestión de Cuomo fue momento para que el presidente quisiera sacar partido de la situación y darse crédito de estas buenas calificaciones. “Una de las razones por las que tiene éxito (Andrew Cuomo) es porque lo hemos ayudado a tener éxito”, dijo el mandatario, ayer.

“Cuando ayudes a mi estado, te diré gracias. Si creo que Nueva York no está siendo servida... también lo diré”, expresó Cuomo al enterarse de los comentarios del inquilino de la Casa Blanca.

Después de presionar a Trump por ayuda, ayer, Cuomo y De Blasio recibieron en las costas neoyorquinas el buque de la armada USNS Comfort, que también fue despachado tras los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001.

“Cuando ayudes a mi estado, te diré gracias. Si creo que Nueva York no está siendo servida... también lo diré”

Andrew Cuomo

Gobernador de NY

La enorme embarcación, dotada por mil camas y 12 quirófanos, será usada para atender a pacientes que no tienen coronavirus, a fin de aliviar la carga a los hospitales que se están encargando de quienes padecen esa enfermedad.

El barco llega en momentos en que el alcalde De Blasio y otros dirigentes municipales rechazaron las declaraciones de Trump, quien insinuó que los médicos de Nueva York se están robando las máscaras de sus sitios de trabajo.

En un encuentro con la prensa el domingo, Trump declaró: “¿Y a dónde se están llevando esas máscaras? ¿Será que se las están llevando por la puerta trasera?”

Tales comentarios “son un insulto” a los profesionales de la medicina que están en la vanguardia de la lucha contra el virus, declaró De Blasio ayer.

“Son comentarios sumamente insensibles para quienes en estos momentos lo están sacrificando todo... No tengo idea de qué está diciendo el presidente”, señaló De Blasio.

Varios hospitales de la ciudad han pedido a su personal no llevarse a casa los suministros, pero no hay evidencia de que algún médico se robara los materiales. Kenneth Raske, presidente de la Asociación de Hospitales de Nueva York, emitió un comunicado en el que afirmó que los profesionales de la salud “merecen algo mejor que un presidente insinuando que se están llevando equipos protectores ‘por la puerta trasera’”.

Jueza en California pide liberar a niños migrantes frente al virus

Dolly Gee, jueza en una corte de California, invocó un mecanismo para solicitar que los menores, hijos de inmigrantes indocumentados bajo arresto, sean liberados y trasladados a lugares donde su bienestar esté asegurado, en medio de la pandemia de Covid-19.

Cuatro niños inmigrantes en un albergue en Nueva York fueron diagnosticados la semana pasada con coronavirus. Según datos entregados a la magistrada, actualmente hay unos 3 mil 600 pequeños en albergues de la Oficina de Reasentamientos de Refugiados y otros 3 mil 300 en tres centros de detención del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés).

Ayer, el ICE confirmó el aumento a cuatro del número de inmigrantes indocumentados contagiados en sus centros de detención.

La cifra de agentes con Covid-19 aumentó de 19, la semana pasada, a 28. Otros cinco agentes que trabajan en centros de detención también han resultado contagiados.

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