Tras casi tres meses de bloqueo total al ingreso de insumos esenciales, los primeros camiones con ayuda humanitaria entraron ayer a Gaza, en una operación limitada reconocida por el gobierno israelí y coordinada por la ONU. Cinco unidades cruzaron el paso de Kerem Shalom con suministros como alimentos para bebés, mientras Israel respondía a la creciente presión internacional, incluyendo las advertencias directas de Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Canadá.
Sin embargo, organismos humanitarios calificaron la acción como completamente insuficiente ante una inminente catástrofe alimentaria. Según el jefe humanitario de la ONU, Tom Fletcher, lo ocurrido es apenas “una gota en el océano”. Durante el último alto al fuego en marzo, Gaza recibía cerca de 600 camiones diarios de ayuda. Hoy, la cifra es mínima y la logística para su distribución sigue sin resolverse.
- El Dato: La comunidad internacional aguarda nuevas señales. Gaza continúa sitiada, desplazada y bajo fuego. La ayuda llegó, pero la crisis apenas comienza a cambiar de forma.
En paralelo, Israel lanzó una nueva ofensiva militar sobre Gaza. La ciudad de Khan Younis, parcialmente destruida por combates previos, fue nuevamente evacuada. Mientras tanto, el primer ministro Benjamin Netanyahu reiteró su plan de “control total” del territorio y la eventual “emigración voluntaria” de palestinos, iniciativa rechazada por líderes árabes y defensores de derechos humanos.

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- 116 mil toneladas de alimentos ayudaría a 1 millón de personas por 4 meses
- 500 camiones de comida y productos comerciales diarios necesita Gaza
BUEN GESTO, POCA COMIDA. El ingreso de los cinco camiones, autorizado por el organismo israelí COGAT, fue apenas un primer gesto en medio de la creciente presión diplomática. Cuatro camiones adicionales fueron aprobados por Israel, con posibilidad de entrada este martes. Fletcher advirtió que, dada la situación de colapso y escasez extrema, existe un alto riesgo de saqueo o robo de los suministros.
Organismos como el Programa Mundial de Alimentos han declarado que hay más de 116 mil toneladas métricas de comida listas para ser transportadas, cantidad suficiente para alimentar a un millón de personas durante cuatro meses. No obstante, las autoridades israelíes sólo han permitido una fracción mínima del volumen requerido.
El nuevo sistema de entrega de ayuda humanitaria, respaldado por Estados Unidos, propone la instalación de centros de distribución protegidos por el ejército israelí. Israel sostiene que la medida impedirá que Hamas utilice la ayuda para mantener su control territorial. Sin embargo, Naciones Unidas y diversas organizaciones han rechazado el modelo por contradecir principios humanitarios y limitar el alcance de la asistencia.
“Los centros estarán ubicados principalmente en el sur de Gaza”, informó un funcionario humanitario. Esto obligaría a miles de desplazados a migrar nuevamente, justo cuando muchos palestinos habían regresado al norte tras el último cese al fuego.
- El Tip: Los convoyes que avanzan bajo vigilancia militar mientras continúan los bombardeos, revelan la magnitud del conflicto.
Advierten sanciones. En una acción coordinada sin precedentes desde el inicio del conflicto, Reino Unido, Francia y Canadá emitieron una declaración conjunta para denunciar como “totalmente insuficiente” el ingreso de ayuda autorizado por Israel. Los tres gobiernos advirtieron posibles sanciones si no se detienen las operaciones militares y no se garantiza el acceso pleno a suministros humanitarios.
Por separado, ministros de Asuntos Exteriores de Alemania, Italia, Japón y otros 18 países exigieron también la reapertura total de los canales de ayuda operados por la ONU y organizaciones no gubernamentales. Aunque EU no se sumó formalmente a ese grupo, altos funcionarios del gobierno de Donald Trump, incluido el secretario de Estado, Marco Rubio, expresaron “preocupación creciente” por el deterioro humanitario.
“Nos dijeron: no podemos aceptar imágenes de hambre masiva. No podremos apoyar eso”, confesó Netanyahu en un mensaje grabado. El video parecía estar dirigido tanto a los aliados internacionales como a los socios de extrema derecha de su propio gobierno, que se oponen incluso a la asistencia mínima.
Canadá, que ya ha impuesto sanciones en años anteriores por la violencia de colonos en Cisjordania, se mostró especialmente contundente. Francia, como parte de la Unión Europea, enfrenta más limitaciones para actuar unilateralmente, pero subrayó su rechazo a los asentamientos en territorio ocupado y a la escalada militar en Gaza.
Las tensiones diplomáticas han alcanzado tal nivel que incluso senadores republicanos estadounidenses, tradicionalmente aliados de Israel, han comenzado a advertir que la falta de control humanitario puede derivar en una pérdida de apoyo global.
A pesar de los gestos parciales hacia la asistencia humanitaria, Israel continuó, ayer, con una nueva ola de ataques sobre Gaza. La ciudad de Khan Younis volvió a ser blanco de bombardeos terrestres y aéreos. El ejército israelí ordenó a la población la evacuación inmediata hacia la costa, en lo que describió como una operación “sin precedentes”.
Netanyahu reafirmó su objetivo de “victoria total”, condicionado a la liberación de los 58 rehenes aún retenidos por Hamas desde el ataque del 7 de octubre de 2023, en el que murieron 1,200 israelíes y 251 personas fueron secuestradas. Según Israel, un tercio de los rehenes restantes sigue con vida. Hamas ha exigido un alto al fuego duradero y la retirada israelí como condiciones para su liberación.
La situación en Gaza se aproxima a una hambruna. Organismos de seguridad alimentaria alertan sobre un colapso inminente si no se restablecen los flujos de asistencia humanitaria a niveles previos al conflicto. Las cifras actuales están lejos de los 500 camiones diarios que la Organización de las Naciones Unidas considera necesarios para cubrir las necesidades básicas de la población en la Franja.