Aspirantes finalistas van a la caza de electores

Brasil retoma campaña y además las tensiones

Lula da Silva y Jair Bolsonaro enfilan sus fichas para repetir el triunfo o dar la vuelta, respectivamente; de ganar el izquierdista, éste tendrá un reto en el Congreso por la mayoría opositora

Simpatizantes de Lula celebran la victoria del pasado fin de semana.
Simpatizantes de Lula celebran la victoria del pasado fin de semana.Foto: Reuters
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Los candidatos finalistas en Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva y Jair Bolsonaro, enfilan sus fichas con miras a atraer los votos del tercer lugar para la segunda vuelta electoral avivando las diferencias entre izquierda y derecha, pues ni la contienda más cerrada evitó un nuevo encuentro.

A menos de 24 horas de los comicios, los punteros dan la vuelta a la página al reanudar la campaña en la que están a la caza de los votantes de Simone Tebet, quien quedó en tercer lugar, y buscan ahondar en las fallas y críticas al rival, aumentando la polarización y las tensiones en el país rumbo al 30 de octubre.

Pese a la diferencia que hubo entre la senadora y los punteros, quienes van a la definición, ven en sus 4.9 millones de electores la posibilidad de vencer al rival, pues dicha cifra se acerca a los seis millones de diferencia entre ellos, según el recuento del 99.99 por ciento del Tribunal Superior Electoral de Brasil (TSE).

Sin embargo, la del Movimiento Democrático Brasileño no se ha decantado por alguno de los finalistas al señalar que anunciará su decisión en el momento preciso; juego en el que entrarían los otros contendientes, quienes quedaron con lejanas preferencias, algunos con menos del uno por ciento.

Ante este panorama los contrincantes expresan su confianza en ganar y reanudaron la disputa en redes sociales, pues el vencedor del fin de semana, con 48.43 por ciento del respaldo, busca reafirmar la ventaja; en tanto, el populista ve en la segunda ronda la oportunidad de callar a sus críticos, luego de que la diferencia fue tres veces menor al que daban las encuestadoras, lo que anticipa un cierre aún más apretado que el de este 1 de octubre.

Lula llamó a sus seguidores a convencer a quienes aún no lo ven como la mejor opción para generar un cambio, pues insistió que están a tiempo de reconstruir la nación, “recuperar el derecho a ser feliz” y dar esperanzas, tras la gestión de quien sigue negando la existencia de uno de los principales problemas a nivel mundial: la pandemia de Covid-19.

“Conquistemos nuestra victoria”, instó el exmandatario al pedir a quienes lo apoyan hablar con sus amigos y cercanos sobre las oportunidades que tendrán como país con su regreso al gobierno.

En contraste, quien va por un segundo mandato consecutivo se enfocó en “derrotar al autoritarismo, el chantaje y la injusticia”, al considerar que tienen posibilidades de revertir el resultado, pues minimizó la ventaja que le sacó su rival, a quien ve como el presidente más corrupto en la historia de Brasil.

Y mientras el izquierdista dijo que les quedan 28 días de trabajo, el mandatario fue más duro al indicar que en este periodo quien debe temer nzo es el pueblo, en clara afrenta a quien lo derrotó.

Incluso reconoció que ya superaron la parte más difícil, en referencia a los pronósticos y “mentiras” de los sondeos, pues, pese a los bajos números que le daban, dio la sorpresa al mantenerse gran parte del recuento como puntero. Además cuenta con el impulso del Congreso, en donde el Partido Liberal (PL) se afianzó como principal fuerza política con ocho de 81 senadores y 99 diputados de los más de 500 puestos en disputa.

Ello le garantiza que, de mantenerse en el poder, tendrá un amplio respaldo de esta bancada, pues ni en alianza sus rivales lo superan, pues un aglomerado de conservadores y centroderechistas le daría hasta la mitad del Congreso, sobre los 138 lugares en ambas Cámaras para los de Lula da Silva y aliados.

Dicho panorama luce desalentador para el izquierdista, pues anticipa las dificultades que podría tener para avanzar en reformas especiales, pues la oposición lo obligaría a negociar con la mayoría que la favorece.