Bukele usa a su Ejército para amagar a legisladores

El popular mandatario salvadoreño, Nayib Bukele, llegó a un punto crítico en su relación con el Poder Legislativo. Después de que una mayoría de diputados opositores le negó un préstamo de 109 millones de dólares para combatir a las pandillas, el presidente militarizó la sede del Congreso y convocó a un Consejo alterno para aprobar el proyecto, sin necesidad del aval del Parlamento.

Bukele apeló al artículo 167 de la Constitución, que permite al Ejecutivo aprobar medidas excepcionales. Defensores de derechos humanos y opositores denunciaron las intenciones del presidente de vulnerar la separación de poderes.

Legitimado por su alta aceptación entre la población y las fuerzas de seguridad, Bukele amenazó a candidatos de oposición con represalias, como aplicar el artículo 87, que faculta una insurrección popular para “reestablecer el orden constitucional”. El ministro de Defensa, René Merino, aseguró que se cumplirá la ley “incluso a costa de nuestras vidas”.

Los legisladores argumentaron que el plan aún no ha sido aprobado porque no fue avalado por la Comisión de Hacienda, pues aseguran que el Ejecutivo no ha explicado cómo se va a utilizar el dinero.

Bukele, al no poder llevar sus planes por la vía legislativa, decidió tomar cartas en el asunto y convocó su propio pleno. Lo hizo rodeando la sede de la Asamblea de militares y policías y prohibiendo la entrada a medios de comunicación. También amenazó con demandar por inconstitucionalidad a los diputados que no asistan. A éstos, el viernes, les despojó de su seguridad privada.

El Defensor del Pueblo, José Apolonio Tobar, pidió a Bukele que evite los llamados a la insurrección del pueblo contra el Poder Legislativo: “pido al presidente que no realice llamamientos que pongan al país en condiciones de vulnerabilidad social, mayor a la que ya se tiene, cuando no existen condiciones constitucionales para el ejercicio de la insurrección”. El ombudsman le recordó que el artículo 168 solicita de “manera imperativa” que se privilegie la paz social.

Desde la oposición, Óscar Ortiz, secretario general del izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), exigió a Bukele “frenar sus amenazas, propias de una dictadura”, y señaló que “los costos políticos de sus acciones podrían ser elevados para el país, pero también para él”. Además, exhortó a la comunidad internacional para que esté atenta a futuras medidas que podría adoptar del mandatario salvadoreño.

“Si quisiéramos apretar el botón, sólo apretamos el botón. Pero yo le he preguntado a Dios y me dijo: paciencia, en 2021 (cuando se celebren las elecciones legislativas), todos esos sinvergüenzas van a salir por la puerta de afuera”

Nayib Bukele / Presidente de El Salvador

Después de orar, suaviza amenazas

Nayib Bukele, quien llegó a la Asamblea Legislativa como prometió, dio un discurso ante cientos de simpatizantes que estaban listos para sacar por la fuerza a los diputados, cuando él lo indicara. Pero después de orar en el Salón Azul de la Cámara, tomado por militares y policías, pidió paciencia.

El mandatario dijo que el pueblo salvadoreño, sus adversarios, la comunidad internacional, la fuerza armada y la policía, así como todos los poderes fácticos del país, saben que “si quisiéramos apretar el botón, lo apretamos” y los sacamos.

“Pero le he preguntado a Dios y él me dijo: paciencia, el 28 de febrero (de 2021,cuando se celebren elecciones legislativas), todos esos sinvergüenzas van a salir por la puerta de afuera”, añadió.

Bukele dijo que según las encuestas, su partido, Nuevas Ideas, tendría mayoría en la nueva Asamblea, por lo que no existe necesidad de irrumpir por la fuerza.

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