Organizaciones nicaragüenses exigen “acción contundente”

Chocan en OEA por plan para atajar reelección de Ortega en Nicaragua

EU, Costa Rica, Canadá y Guatemala se pronuncian contra ese régimen al reiterar que hubo una farsa electoral y ponen en la mesa aplicar Carta Democrática; México, Argentina y Bolivia piden fomentar diálogo y no caer en injerencia

El representante nicaragüense ante la OEA, Michael Campbell, responde a quienes dudan de la legitimidad del gobierno durante la sesión de ayer.
El representante nicaragüense ante la OEA, Michael Campbell, responde a quienes dudan de la legitimidad del gobierno durante la sesión de ayer.Foto: Especial
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Ante la condena mundial y desconocimiento a la nueva reelección de Daniel Ortega, varios países usaron de tribuna la 51 Asamblea de la Organización de los Estados Americanos (OEA) para contrastar posturas sobre Nicaragua, mientras organizaciones y movimientos contrarios al régimen exigen una “acción contundente” ante la impunidad que prevalece.

Durante la segunda sesión de la 51 Asamblea, Estados Unidos, Costa Rica, Canadá y Guatemala repudiaron la farsa del #7N al recordar que ante el ambiente de represión ya se conocía el resultado de antemano. En contraste, México, Argentina y Bolivia demandaron al organismo dejar de intervenir en ese asunto, desoyendo el reclamo de un pueblo que exige poner un alto a las violaciones a derechos humanos, por las que cientos de disidentes se encuentran presos.

Uno de los más duros contra el régimen fue Costa Rica —refugio de miles de exiliados—. El ministro Rodolfo Solano pidió implementar acciones urgentes para restituir los derechos y promovió un diálogo para recuperar la democracia y pleno ejercicio de los derechos humanos, tras el arresto de 39 críticos en año electoral. Hecho similar ocurrió con Canadá, que aseveró que el orteguismo sacó a la región de la “familia democrática”.

De manera casi inmediata, el enviado de Daniel Ortega ante el organismo, Michael Campbell, solicitó responder tales alusiones y arremetió en contra de quienes descalificaron los comicios. Advirtió que no toleraría que un gobierno corrupto ponga en duda el carácter democrático de su nación, cuando Costa Rica no goza de las mejores condiciones, pues “está bajo investigación por cohecho, peculado, pagos irregulares de contratos administrativos, tráfico de influencias, malversación de cientos de millones de dólares, asociación ilícita, estafas y falsedad ideológica”; por ello, rechazó de manera tajante las declaraciones sobre una farsa, al afirmar que el domingo hubo paz, libertad y transparencia.

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Después se lanzó contra la representante canadiense, al señalar que esa nación debería concentrarse en sus problemas luego de horrorizar al mundo por la muerte de cientos de niños indígenas, luego de que Melanie Joly refrendara su preocupación por la represión en Nicaragua, al ratificar la postura de ocho naciones de tomar acción este mismo mes.

Sin embargo, no respondió, o no en lo inmediato, a los nuevos señalamientos de parte del secretario de Estado de EU, Antony Blinken, ni del vicecanciller guatemalteco, Carlos Ramiro Martínez. Ambas naciones lamentaron la falta de garantías electorales y repudiaron el abuso que impera bajo el régimen de quien lleva 14 años en el poder y sumará otro mandato. Ambos pusieron sobre la mesa la opción de aplicar la Carta Democrática de la OEA y suspender al país del organismo por violaciones a derechos humanos, hecho que podría votar hoy.

En una tímida respuesta, Campbell acotó que previo a la elección recibieron crueles amenazas, pero ratificó que como país independiente merece respeto no actitudes belicosas, lo que estaría relacionado con las sanciones de EU y lo que ha tachado de injerencia extranjera.

En tanto, como en el caso Venezuela, por separado México, Argentina y Bolivia impulsaron dejar de intervenir en asuntos internos. Incluso la delegación mexicana, encabezada por la embajadora Luz Elena Baños, fue la más dura al advertir que la OEA se convirtió “en un órgano de intromisión política y electoral, con facultades que no tiene”, al reiterar que ni el aislamiento no es la solución.

Y lamentó que, contrario a promover el diálogo, el secretario Luis Almagro “interviene de manera selectiva con agendas personales” en temas internos y demandó a éste recurrir a mecanismos que den acompañamiento real y no decantarse por el camino fácil y corto; es decir, dejar atrás el espíritu intervencionista, pues ello ha profundizado las diferencias en la región.

Previamente, decenas de organizaciones pidieron a los miembros de la OEA tomar todas las medidas a su alcance contra Ortega ante la gravedad de las violaciones a los derechos humanos, mismas que quedaron expuestas en las elecciones viciadas de origen.

Y advierten que lejos de propiciar un diálogo incluyente, Ortega lanzó amenazas contra disidentes presos y su cuarto mandato al hilo “significa la perpetuación de las violaciones a derechos humanos y la impunidad, dejando a las personas privadas de la libertad por motivos políticos en total indefensión”, tras acumular 150 presos políticos.

  • El dato: En el día dos de sesiones de la OEA, los líderes también hablaron sobre la situación que vive Nicaragua y acciones de solidaridad ante la pandemia de Covid-19.