EU frena envío de armas a Israel si cruza “líneas rojas” en Rafah

Estados Unidos frenó el envío de armas a Israel al endurecer su postura por la irrupción en Rafah, el último refugio palestino en la guerra en Gaza.

El Pentágono confirmó la decisión para detener los combates y evitar una escalada. Y horas después el presidente Joe Biden ratificó que su socio no tendrá municiones si cruza “líneas rojas” en la zona donde se resguardaban hasta 1.3 millones de gazatíes antes de ser forzados a evacuar por los ataques de los últimos tres días.

En entrevista con CNN, condicionó el respaldo militar que inició tras la masacre del 7 de octubre del 2023 al advertir que el despliegue de las Fuerzas de Defensa (FDI) “está justo en la frontera” de una invasión de mayor proporción.

Y asestó al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que no le dará artillería, en referencia a las más de dos mil bombas de 900 kilos, si insiste en agravar la situación en los límites con Egipto, pues en el día 215 del conflicto admitió por primera vez que su equipo ha sido usado para matar a civiles, mientras la Franja se acerca a los 35 mil decesos, en su mayoría menores de edad.

“Dejé en claro que si van a Rafah no les proporcionaré armas”, enfatizó el demócrata en un acto que evidenció malestar por la ofensiva y la toma del corredor fronterizo, pues se ignoraron los múltiples llamados a no dar este paso.

Pero no hay un rompimiento, pues EU se asegurará de que el aliado se defienda de embates terroristas al referir que garantizarán sistemas defensivos para la Cúpula de Hierro, para interceptar lanzamientos rivales ante ataques yihadistas y de milicias como Hezbolá, en Líbano, y los hutíes, de Yemen, según declaraciones en las que resaltó los avances en economía, creación de empleo y reducción de la inflación en el país de cara a las elecciones en las que enfrentará otra vez a Donald Trump.

No obstante, se evidencia la presión interna para limitar la ofensiva israelí al admitir que el plan en Rafah es riesgoso, esto luego de quejas de legisladores y ante las protestas propalestinas que no cesan en las universidades, pues ayer 33 jóvenes fueron detenidos en un campus de Washington, hecho que ya alcanzó a Europa, donde desmantelaron otro campamento antiisraelí ahora en Países Bajos, donde reportaron 169 arrestos, según Reuters.

Previamente, el ministro de Defensa de EU, Lloyd Austin, adelantó el cambio ante el subcomité de área en el Senado al hablar sobre el presupuesto anual que incluye ayudas a Israel, a Ucrania, también en guerra, y a Taiwán, amenazado por China. Pero matizó la respuesta al indicar que no es una decisión tomada, pues depende de cómo actúe la nación que rechazó el nuevo intento de tregua de Hamas. Al respecto, que fuentes israelíes se dijeron “frustradas”, pues suspender dicha ayuda podría sabotear las negociaciones para un cese al fuego o hasta alentar al enemigo para atacarlo.

Y en dicho choque destacó que Washington desmintió la declaración israelí de que reabrió el corredor de Kerem Shalom. La potencia sostuvo que en éste no han cruzado en las últimas horas insumos humanitarios presuntamente por supuestas fallas de seguridad y logística, pese a que las FDI dijeron que ya habrían ingresado varios camiones con ayuda.

Horas después Tel Aviv confirmó que la zona se cerró otra vez por temor a ataques, pues en la madrugada Hamas lanzó una oleada de misiles ahí, sector que también redobló la presión en torno a una tregua, al insistir a mediadores y a la prensa que está dispuesto a acatar el cese de hostilidades, pero presuntamente sólo el plan que presentaron, mientras combatientes denunciaron el reciente hallazgo de otra fosa clandestina cerca de un hospital, la tercera en semanas.

Ante ello, las tensiones no se alejan de Rafah, pues tras los ataques y bloqueo a la comida y medicinas donadas a nivel mundial organismos recalcaron el riesgo de hambruna y mayor miseria, pues la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó una nueva alerta al advertir que los hospitales que aún operan en Gaza se quedarán sin combustible en sólo tres días, imposibilitando la atención de pacientes críticos.