La Historia del Viacrucis y sus estaciones

La Historia del Viacrucis y sus estaciones
Por:
  • larazon

Imagen de la representación del Viacrucis

Foto: Especial

Cada Viernes Santo se realiza el conocido “Viacrucis”, que significa “camino de la Cruz”, que no es otra cosa más que el tormentoso camino que tuvo que sufrir Jesucristo al cargar nuestros pecados representados en una Cruz, según la Biblia, por lo que en todo el país y el mundo católico, se hace esta representación.

El viacrucis se refiere a las diferentes etapas o momentos vividos por Jesús desde el momento en que fue aprehendido hasta su crucifixión y sepultura. También conocido como "Estaciones de la Cruz" y "Vía Dolorosa", se trata de un acto de piedad, un camino de oración que busca con la meditación de la pasión y muerte de Jesucristo en su camino al Calvario.

El camino se representa con una serie de catorce imágenes de la Pasión, denominadas estaciones, correspondientes a incidentes particulares que, según la tradición cristiana, Jesús sufrió por la salvación de la humanidad basados en los relatos evangélicos y la tradición.

La Iglesia católica tiene la costumbre de hacer un recorrido grupal que puede tener lugar dentro del templo o por las calles, deteniéndose en cada estación y haciendo una oración en cada una, una lectura de algún pasaje del evangelio y también un canto.

El Viernes Santo de 1991 y bajo el auspicio de Juan Pablo II, se creó un nuevo Viacrucis con 15 estaciones (el Papa añadió una nueva estación) basadas todas ellas en momentos del Nuevo Testamento, ya que el anterior recogía muchos pasajes de los Evangelios apócrifos y escenas tradicionales, entre los que se encontraban el encuentro de Jesús con María, su madre y el acto en el que la Santa Mujer Verónica le enjuga el rostro a Jesús.

Este nuevo viacrucis comienza con la oración de Jesús en el huerto de Getsemaní y finaliza con la Resurrección de Cristo. Fue un intento de acercar ecuménicamente a todas las confesiones cristianas, y aunque se usa alternativamente al tradicional, en ningún caso lo ha sustituido. El nuevo Vía Crucis es:

Primera Estación: Jesús en el huerto de los Olivos.

“Salió entonces y se dirigió, como de costumbre, al monte de los olivos. Pero lo siguieron también los discípulos. Al llegar al sitio, les dijo: -Pedid para no ceder en la prueba. El se arrancó de ellos, alejándose como un tiro de piedra. Y se puso a orar de rodillas diciendo: -Padre, si quieres, aparta de mí este trago. Sin embargo, que no se realice mi designio, sino el tuyo. Se le apareció un ángel del cielo, que lo animaba. Al entrarle la angustia, se puso a orar con más insistencia. Le chorreaba hasta el suelo un sudor parecido a goterones de sangre. Levantándose de la oración fue a donde estaban los discípulos. Los encontró dormidos por la pena, y les dijo: -¡Conque durmiendo! Levantaos y pedid no ceder en la prueba”

Segunda Estación: Jesús, traicionado por Judas, es arrestado.

“Aún estaba hablando cuando apareció gente. El llamado Judas, uno de los Doce, iba en cabeza y se acercó a besar a Jesús. Jesús le dijo: -Judas ¿con un beso entregas al Hijo del Hombre”

Tercera Estación: Jesús es condenado por el Sanedrín

“Los que detuvieron a Jesús lo condujeron a casa de Caifás el sumo sacerdote, donde se habían reunido los letrados y los senadores. Los sumos sacerdotes y el consejo en pleno buscaban un falso testimonio para condenarlo a muerte, pero no lo encontraban a pesar de los muchos falsos testigos que comparecían. Finalmente comparecieron dos que declararon: -Este ha dicho que puede derribar el santuario de Dios y reconstruirlo en tres días. El sumo sacerdote se puso en pie y le preguntó: -¿No tienes nada que responder? ¿Qué significan estos cargos en contra tuya? Jesús siguió callado. El sumo sacerdote le dijo entonces: -Te conjuro por Dios vivo a que nos digas si tú eres el Mesías, el Hijo de Dios. Jesús le respondió: -Tú lo has dicho. Pero además os digo esto: Desde ahora vais a ver cómo este Hombre toma asiento a la derecha del Todopoderoso y cómo viene sobre las nubes del cielo. El sumo sacerdote se rasgó las vestiduras diciendo: -Ha blasfemado, ¿qué falta hacen más testigos? Acabáis de oír la blasfemia, ¿qué decís?. Contestaron ellos: -Pena de muerte”

Cuarta Estación: Jesús es negado por Pedro

Pedro, entretanto, estaba sentado fuera en el patio; y una criada se acercó a él y le dijo: «También tú estabas con Jesús el Galileo.» Pero él lo negó delante de todos: «No sé qué dices.» Cuando salía al portal, le vio otra criada y dijo a los que estaban allí: «Este estaba con Jesús el Nazareo.» Y de nuevo lo negó con juramento: «¡Yo no conozco a ese hombre!» Poco después se acercaron los que estaban allí y dijeron a Pedro: «¡Ciertamente, tú también eres de ellos, pues además tu misma habla te descubre! Entonces él se puso a echar imprecaciones y a jurar: «¡Yo no conozco a ese hombre!» Inmediatamente cantó un gallo. Y Pedro se acordó de aquello que le había dicho Jesús: «Antes que el gallo cante, me habrás negado tres veces.» Y, saliendo fuera, rompió a llorar amargamente.

Quinta Estación: Jesús es condenado a muerte por Pilato

Y levantándose todos ellos, le llevaron ante Pilatos. Comenzaron a acusarle diciendo: «Hemos encontrado a éste alborotando a nuestro pueblo, prohibiendo pagar tributos al César y diciendo que él es Cristo Rey.» Pilatos le preguntó: «¿Eres tú el Rey de los judíos?» El le respondió: «Sí, tú lo dices.» Pilatos dijo a los sumos sacerdotes y a la gente: «Ningún delito encuentro en este hombre.» Pero ellos insistían diciendo: «Solivianta al pueblo, enseñando por toda Judea, desde Galilea, donde comenzó, hasta aquí.» Al oír esto, Pilatos preguntó si aquel hombre era galileo. Y, al saber que era de la jurisdicción de Herodes, le remitió a Herodes, que por aquellos días estaba también en Jerusalén.

Sexta Estación: Jesús es flagelado y coronado de espinas.

“Entonces Pilatos mandó azotar a Jesús. Los soldados trenzaron una corona de espino y se la pusieron en la cabeza, lo vistieron con un manto color púrpura y, acercándose a él, le decían: -¡Salud, rey de los judíos! Y le daban bofetadas”

Séptima Estación: Jesús carga la cruz.

“Entonces, al fin, se lo entregó para que lo crucificaran. Y con eso se hicieron cargo de Jesús. El, llevando a cuestas su cruz, salió para un lugar que llaman la Calavera (en arameo Gólgota). Allí lo crucificaron con otros dos, uno a cada lado y Jesús en medio”.

Octava Estación: Jesús es ayudado por Simón el Cirineo a llevar la cruz.

“Mientras le conducían, echaron mano de un tal Simón de Cirene, que volvía del campo, y le cargaron la cruz para que la llevase detrás de Jesús”.

Novena Estación: Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén.

“Lo seguía un gran gentío del pueblo y muchas mujeres que se golpeaban el pecho y gritaban lamentándose por él. Jesús se volvió hacia ellas y les dijo: -Mujeres de Jerusalén, no lloréis por mí. Llorad mejor por vosotras y por vuestros hijos, porque, mirad que van a llegar días en que digan: “Dichosas las estériles, los vientres que no han parido y los pechos que no han criado”.

Entonces pedirán a los montes: “Desplomaos sobre nosotros” y a las colinas: “Sepultadnos”. Porque si con el leño verde hacen esto, con el seco, ¿qué irá a pasar?”.

Décima Estación: Jesús es crucificado.

“Condujeron a Jesús al Gólgota (que significa “La Calavera”) y le ofrecieron vino con mirra, pero él no lo tomó. Lo crucificaron y se repartieron su ropa, echándola a suertes para ver lo que se llevaba cada uno. Era media mañana cuando lo crucificaron. En el letrero estaba escrita la causa de su condena: el Rey de los Judíos. Crucificaron con él a dos bandidos, uno a la derecha y el otro a la izquierda”.

Undécima Estación: Jesús promete su reino al buen ladrón.

“Uno de los malhechores crucificados lo escarnecía diciendo: “¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros. Pero el otro le increpó: -¿Ni siquiera tú, sufriendo la misma pena, tienes temor de Dios? Y la nuestra es justa. Nos dan lo merecido. En cambio, éste no ha hecho nada malo. Y añadió: -Jesús, acuérdate de mí cuando vuelvas como rey”.

Duodécima Estación: Jesús en cruz, su madre y el discípulo

“Estaban junto a la cruz de Jesús su madre; la hermana de su madre María de Cleofás y María Magdalena. Al ver a su madre y a su lado al discípulo preferido, dijo Jesús: -Mujer, ese es tu hijo. Y luego dijo al discípulo: -Esa es tu madre. Desde entonces el discípulo la tuvo en su casa”.

Decimotercera Estación: Jesús muere en la cruz.

“Al llegar el mediodía, toda aquella tierra quedó en tinieblas hasta media tarde. A media tarde gritó Jesús muy fuerte: Eloí, Eloí, lamá sabaktaní, (que significa: “Dios mío, Dios mío, ¿porqué me has abandonado?. Algunos de los presentes al oírlo, decía: -Mira éste está llamando a Elías. Uno echó a correr y empapando una esponja en vinagre, la sujetó a una caña y le dio de beber diciendo: -Dejadlo, a ver si viene Elías a descolgarlo. Pero Jesús, lanzando un fuerte grito, expiró.”

Decimocuarta Estación: Jesús es sepultado.

“Ya había caído la tarde (es que era día de preparativos, es decir, víspera de sábado) cuando José de Aritmatea distinguido consejero que aguardaba él también el reino de Dios, armándose de valor, se presentó a Pilatos y le pidió el cuerpo de Jesús. Pilatos se extrañó de que ya hubiera muerto. Llamó al capitán y le preguntó si hacía mucho que había muerto. Informado por el capitán, concedió el cadáver a José. Este compró una sábana y, descolgando a Jesús, lo envolvió en la sábana, lo puso en el sepulcro excavado en la roca y rodó una losa contra la entrada del sepulcro”.

Decimoquinta Estación: Jesús resucita de entre los muertos

Y por ello, en cada lugar donde exista una iglesia, se acostumbra que se haga una representación del Vía Crucis que sufrió Jesucristo.