Mike Pence difiere de republicanos; defiende al FBI y analiza declarar

Mike Pence, exvicepresidente durante el gobierno de Donald Trump, se sumó a los llamados para detener la presión y ataques contra el Buró Federal de Investigación (FBI), ante la creciente oleada de amenazas,

Pese a mantenerse alejado de la polémica a una semana del allanamiento en la mansión de Mar-a-Lago del exmandatario, el político se dirigió a los republicanos y aseveró que se puede exigir cuentas tanto a la agencia como al Departamento de Justicia sin llegar a una confrontación, calmando los ánimos en las filas de su partido, a unos meses de las elecciones intermedias.

Advirtió en un foro en New Hampshire que esa ofensiva, contra quienes consideran son los culpables de una supuesta redada ilegal, sólo abona al clima de violencia en la nación, lo que pareció una crítica contra el magnate, pues el exmandatario ha lanzado reiteradas acusaciones contra el FBI a través de su cuenta de Truth Social.

Pese a sus críticas, reconoció que el FBI se ha politizado, y dijo que la única manera de cambiar esta percepción es que se demuestre que había causa probable para el allanamiento, en el que más de 30 agentes se llevaron cajas con documentación confidencial y clasificada y hasta tres pasaportes, según denuncias del propio Trump.

Postura a la que se sumó el exasesor de seguridad nacional John Bolton, quien aseveró a Reuters que si las autoridades no quieren destapar la orden de cateo al menos deberían divulgar pruebas que llevaron a justificar ese allanamiento.

Admitió que probablemente no se pueda revelar la declaración jurada, como solicitaron algunos legisladores, hecho que usa como un juego Trump al pedir más información, a sabiendas que no le conviene que ésta se haga pública.

Además, Pence insistió a sus compañeros republicanos que las exigencias airadas que han hecho sólo provocan más polarización en el país o hasta acusaciones de que la semana pasada se habría plantado información en la casa del magnate, señalamiento que inició quien es investigado por posible espionaje, por ocultar documentos clasificados en su casa relacionados con armas nucleares.

Y cuestionó las peticiones para dejar de financiar al FBI y al Departamento que encabeza el fiscal Merrick Garland. Explicó que además de dañar a una institución y su credibilidad, se pone en riesgo al personal, en referencia a las amenazas que han recibido funcionarios y agentes por la redada, hecho que denunció director de la agencia, Christopher Wray.

También agregó que ante la violencia que persiste a nivel nacional, su partido debería reforzar lazos con la policía, de lo contrario sólo se fomenta una división que no tiene justificación.

Asimismo, adelantó que podría testificar como declarante clave en torno a las investigaciones por la presunta participación de Donald Trump el asalto al Capitolio en el 2021.

El funcionario, quien fue amenazado por la turba que coreaba “cuelguen a Mike Pence” afuera del recinto legislativo, reconoció que analiza la posibilidad de rendir declaración ante el comité investigador, pues sostuvo que si recibe una invitación a presentarse de este sector sí “lo consideraría”.

Aunque no adelantó qué información podría aportar, a unas semanas de las audiencias públicas celebradas por el grupo legislativo, puntualizó que sólo puede hablar sobre su rol como el número 2 del entonces presidente.

Con ello, abre la puerta a una invitación del líder del comité, Bennie Thompson, quien aún no descartaba la posibilidad de citarlo, pues ha sido mencionado por varios de los testigos cooperantes.

Cabe destacar que el entonces vicepresidente acudió en representación del gobierno a la certificación electoral, misma que fue interrumpida de violentamente por simpatizantes del aún mandatario. Dicha acción desató la ira de ultranacionalistas, quienes lo convirtieron en uno de sus objetivos por su negativa a defender el supuesto triunfo de Trump, pues se negó a replicar las denuncias de fraude electoral, lo que algunos vieron como una traición.

El mismo día, Rudolph Giuliani, exabogado de Trump compareció ante un gran jurado de Georgia por sus intentos de anular los resultados electorales en ese estado presuntamente para favorecer a Trump, quien perdió la reelección en 2020.

Medios estadounidenses como The Washington Post reportaron que el exalcalde de Nueva York estuvo más de seis horas en el lugar, a seis meses de que recibiera el primer citatorio en la materia.

Sin embargo, al salir no dio detalles sobre el tema, que fue visto como una victoria para la fiscal de Fulton, Fani Willis, pues el exabogado es considerado un objetivo principal, al ser uno de los aliados que más defendió la supuesta versión de que hubo un fraude en contra de Trump.

Uno de sus representantes, Bill Thomas, sólo precisó “nos ordenaron estar aquí y nos presentamos”; mientras que el titular del equipo legal, Robert Costello, declaró antes de ingresar a las oficinas que hasta escuchar las preguntas determinarían si responderían, según Associated Press, lo que recuerda que Giuliani buscaba evitar el testimonio apegándose al privilegio abogado-cliente, en caso de que fuera cuestionado sobre sus comunicaciones directas con Trump.