El régimen de Daniel Ortega reanudó las expulsiones de críticos al ordenar la salida inmediata de la embajadora de la Unión Europea (UE), Bettina Muscheidt, por presunta injerencia en torno a reclamos por los presos políticos en el país.
Los diarios nicaragüenses La Prensa y Confidencial adelantaron las medidas del sandinista en presunta represalia porque el bloque de 27 países expuso a ese gobierno ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Pues en la reciente Asamblea General el sector repudió el encarcelamiento de 200 opositores y exigió su inmediata liberación, al recordar que se encuentran en condiciones inhumanas y algunos se han declarado en huelga de hambre antes violaciones a derechos humanos.
Esa medida generó molestia en la región centroamericana que optó por ordenar la salida de la diplomática alemana.
Sin una confirmación oficial del gobierno, fuentes revelaron a medios locales que el canciller de Ortega, Denis Moncada, citó a Muscheidt sin adelantar el motivo y le confirmó que ya no era bienvenida en la región, a casi un año de haber llegado como enlace de la Unión Europea, y debía abandonar el país sin fijar un plazo.
Con ello, el régimen repite la dosis con la que acorrala a quienes no apoyan las acciones de su administración y con la misma justificación que usó contra rivales políticos, periodistas y defensores de los derechos humanos acusó a la funcionaria de atentar contra la soberanía nacional, bloqueando su permanencia en Nicaragua a más de una década de expulsar a otra representante europea, pues en su primer año de gestión sacó a la italiana Francesca Mosca, quien puso en duda las elecciones presidenciales.
Tras la confirmación de este acto sistemático, el exembajador y exaliado de Ortega ante la Organización de Estados Americanos (OEA) Arturo McFields señaló que las acciones del gobierno reflejan el “pánico y la paranoia”.
A través de su cuenta de Twitter, el exfuncionario desconocido por el régimen sostuvo que el mandatario reacciona de “manera vulgar” a la acumulación de sanciones, pues aunque diga que las medidas no lo afectan, sigue sufriendo restricciones por la represión contra disidentes en el país. Y más tarde reveló a Artículo 66 que desde hace medio año la vicecanciller, Arlette Marenco, ha llamado a cuentas a varios representantes extranjeros por expresar públicamente sus críticas al sandinismo.

