Aliados arropan a Zelenski en Asamblea de la ONU

Rusia alista anexión de 4 regiones ucranianas; exponen otro chantaje

Separatistas fijan cinco días para que residentes de Donetsk, Lugansk, Jerson y Zaporiyia decidan si se unen al Kremlin; comunidad internacional rechaza estrategia y adelanta que desconocerá cualquier resultado

Una toma satelital muestra los reactores de la mayor central nuclear de Ucrania y Europa la semana pasada.
Una toma satelital muestra los reactores de la mayor central nuclear de Ucrania y Europa la semana pasada.Foto: AP
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Líderes separatistas de Donetsk, Lugansk, Jerson y Zaporiyia adelantaron un mes y medio la celebración de referéndums para anexar de inmediato a Rusia estos cuatro territorios ucranianos, luego de perder varios asentamientos a manos de las fuerzas defensoras.

Un día después de exigir al Kremlin acelerar los procesos previstos para noviembre, los aliados rusos tomaron acción y establecieron que a partir del 23 de septiembre, poco antes de cumplirse siete meses en guerra, harán la consulta que, aseguran, será en favor de sumarse a la Federación Rusa, con lo que prevén garantizar un corredor hacia Crimea, de la que Moscú se apropió en 2014.

Denis Pushlin, cabecilla de Donetsk, indicó que desde este fin de semana se preguntará a los habitantes del Donbás, región por la que Vladimir Putin declaró la guerra, “¿Está a favor del ingreso de la república popular de Donetsk en calidad de sujeto de la Federación Rusa?”, según una carta que envió al mandatario ruso.

Y recordó que los combatientes que se unieron a las fuerzas rusas buscan “justicia histórica” para ser parte de la potencia asiática y dejar atrás el sufrimiento causado, supuestamente por el gobierno y el ejército de Ucrania, al reivindicar las causas que detonaron esta operación militar de desnazificación.

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Sus declaraciones fueron replicadas por aliados separatistas, aunque ninguno abundó en torno a las condiciones ni la fecha de los resultados. Pero, desde Lugansk, uno de los líderes explicó que se acordó un plazo de cinco días para que los votantes acudan con libertad, proceso al que dijo habrá acceso de periodistas y observadores, como testigos del paso previo a la anexión.

No obstante, resalta que los rusos no tienen control de los sitios estratégicos —considerados así por su cercanía a los límites rusos— que buscan anexarse, pues al menos dos siguen en franca dispu-

ta. Según el Estado mayor rival los ucranianos buscan echar a los ocupantes, especialmente en Jerson, pues desde la recuperación se han intensificado los ataques, mientras que en Zaporiyia la clave está en el control de la principal central nuclear de Europa.

Estos dirigentes fueron respaldados por el exmandatario ruso y uno de los líderes del Consejo de Seguridad Nacional, Dmitri Medvedev, quien aseguró que al conquistar estas regiones será más fácil defenderlas de Ucrania, aunque Rusia no ha mostrado evidencia del supuesto exterminio que han acusado.

Y aunque los separatistas esperaban el respaldo de Putin, pues se reveló que daría un mensaje nacional en la materia, éste no ocurrió y se prevé que lo dé hasta hoy, de acuerdo con agencias rusas.

Quienes sí hablaron fueron el canciller ruso, Serguéi Lavrov, y el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov; el primero apuntó que la premura muestra el interés de los habitantes de dejar de ser parte de Ucrania, por su pasado soviético, pues insistió que sólo ellos deben decidir su futuro, mientras que el segundo dijo que no habrá negociaciones en la materia.

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Tras los anuncios, Zelenski descalificó tales acciones al señalar que son nuevos chantajes y amenazas tras más de 200 días en guerra, como ha señalado en torno al terror nuclear. Y sus aliados lo ven como una medida desesperada, pues los rusos perdieron el supuesto control que creían tener en Járkov y Jerson.

Zelenski fue enfático contra el enemigo al recalcar que no descansarán hasta expulsar a todo invasor del país, y su ministro de Exteriores, Dmitro Kuleba, advirtió que la supuesta anexión no cambiará el rumbo del conflicto, en el que sus fuerzas ucranianas ya retornaron a territorios invadidos.

Incluso el mandatario hasta le respondió a Peskov al sostener que son los rusos quienes sepultaron toda oportunidad de retomar un diálogo diplomático.

En tanto, representantes del gobierno ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprovecharon la Asamblea General de ayer para exigir a la comunidad internacional un castigo severo al Kremlin por los crímenes de guerra en Izium, similares a los de Bucha y Borod-yanka, cuando el ocupante insiste en negar su participación.

A dicho llamado se sumaron otros líderes como el mandatario francés, Emmanuel Macron, quien repudió las nuevas atrocidades y tachó de “cinismo” el intento de referéndum, luego de reiterados reclamos de su homólogo Zelenski de reconocer a Rusia como Estado promotor del terrorismo.

Occidente también se pronunció en contra de este escenario y aseveró a Moscú que desconocerá cualquier resultado, mientras que otros aliados advirtieron que esas acciones podrían ser una nueva justificación para que Rusia intensifique los ataques, como adelantó la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) al calificar de farsa los actos que ve como una posible escalada.

Y es que estiman que una votación por el sí daría las bases al Kremlin para redoblar la estrategia militar, pero varios gobiernos en América y Europa asentaron que es claro que la estrategia busca detener los avances de los defensores, al advertir que es posible quitarles territorios como lo hicieron hace una década.