Rusia promueve quitar vetos al reabrir puerto

Ante los amagos de endurecer las sanciones contra Rusia por el riesgo de una crisis alimentaria a causa del bloqueo de puertos ucranianos, el Kremlin sostuvo que la única vía para aliviar esta situación es retirar y dejar de imponer sanciones en su contra por la invasión en Ucrania.

Al superar los tres meses en guerra, las tropas invasoras señalaron que las instalaciones de Mariupol, de las que presumen tener control total, retomaron actividades con toda normalidad y se cumplirá con el reparto de millones de granos, como maíz y trigo, sin dar detalles de estas operaciones, pero que confirmaría el chantaje denunciado por la Unión Europea (UE) un día antes.

Cabe destacar que ante los ataques y asedio en la zona sur, en la región se habrían acumulado millones de toneladas de granos destinados para su exportación, a la espera de que ucranianos retomen el control del puerto luego de la entrega y rendición de cientos de defensores que se ocultaron por semanas en la planta siderúrgica de Azovstal.

Dichas acciones se dan mientras su ejército sigue bombardeando ciudades del este, cerca de su territorio, por los que suman hasta 22 mil residentes muertos en la ciudad portuaria durante 91 días, en su mayoría civiles, por lo que ésta se ha convertido prácticamente en una “ciudad fantasma”, según declaraciones del asesor de la región, Petro Andriushchenko; mientras que el más reciente ataque hacia territorios conquistados de Donbás cobró la vida de unas seis personas, según autoridades locales, y el invasor endureció la embestida contra Severodonetsk.

Además, en este plan de renegocición, los ocupantes ofrecieron abrir un nuevo corredor humanitario marítimo para permitir la salida de barcos y la circulación de cereales dentro de la nación fuertemente bombardeada desde el pasado 24 de febrero, sin que haya respuesta del gobierno de Volodimir Zelenski. Y demandaron la neutralización de miles de minas y explosivos colocados en las zonas separatistas, mientras que alista el lanzamiento de misiles de crucero desde Crimea, zona que Ucrania busca recuperar tras ocho años en disputa territorial.

En medio de los ofrecimientos, el ministro de Exteriores ucraniano, Dimitro Kuleba, confirmó que la zona de Donbás se encuentra en una situación “extremadamente mala”, como adelantó el mandatario días atrás.

Incluso, explicó que el panorama puede empeorar si sus aliados dejan de apoyar, como lo han hecho hasta ahora.

Sus declaraciones fueron tomadas como un golpe directo a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que anunció que para evitar una escalada con Rusia dejará de suministrar cierto armamento a las tropas locales; por ello, el representante de Zelenski reiteró el llamado para enviarles lanzacohetes y más equipo militar esencial para contener la amenaza rusa.

Asimismo, demandó al organismo que encabeza Jen Stoltenberg a hacer más, pues se dijo decepcionado de que a más de tres meses de que Rusia comenzó a atacarlos la OTAN “no ha hecho nada”, lo que ve como una falta de interés para acabar con un escenario bélico que puede alcanzar a naciones vecinas.

APURAN NACIONALIZACIÓN

 El presidente de Rusia, Vladimir Putin, redujo las condiciones para que ucranianos rebeldes, de territorios semicontrolados como Jerson y Zaporoyia, obtengan la ciudadanía rusa si así lo desean.

El objetivo del Kremlin es dar otro golpe a los ucranianos al exponer que decenas de ellos respaldan la “operación de desnazificación” y no la supuesta defensa de sus propias tropas.

Tras firmar la medida, dijo que este acuerdo facilitará que esas personas obtengan pasaportes rusos, hecho que Ucrania denunció como una “violación territorial”, luego de que en meses pasados ese país deportó a la fuerza a cientos de civiles y desplazados.