Trump lucha por legitimar su cuestionado triunfo sobre ISIS

Trump lucha por legitimar su cuestionado triunfo sobre ISIS
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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que el escurridizo jefe del Estado Islámico, Abu Bakr al-Baghdadi, murió durante una operación militar en Siria; un avance significativo más de cinco años después de que el líder terrorista lanzara un autoproclamado califato que inspiró la violencia en todo el mundo.

Sin embargo, ante la falta de imágenes o evidencias que dieran fe de la derrota de un hombre cuyo asesinato se anunció en varias ocasiones sin pruebas, el magnate, quien ha buscado insistentemente un mérito en política exterior para abonar a su campaña por la reelección, en 2020, el éxito ha sido puesto en duda, principalmente por Rusia, que cada vez más se posiciona en Medio Oriente.

Apenas se lanzó el anuncio a la prensa en la Casa Blanca, Moscú puso en duda la sensación triunfalista de Trump.

[caption id="attachment_1039497" align="alignnone" width="696"] En 2011, Joe Biden (1), el presidente Obama (2) y la exsecretaria de Estado Clinton (3) observan la caída de Bin Laden. Foto: AP[/caption]

“Un aumento en el número de participantes y países que supuestamente se unieron a esta ‘operación’, cada uno de ellos con detalles totalmente contradictorios, genera preguntas bien fundadas y dudas de que realmente se haya llevado a cabo (el asesinato) y, lo que es más, que haya tenido éxito”, comentó el portavoz del Ministerio de Defensa, Igor Konashenkov.

“Anoche, Estados Unidos llevó ante la justicia al líder terrorista número uno del mundo”, declaró Trump, ayer. “Era un hombre enfermo y depravado, y ahora se ha ido”.

En lo que el presidente llamó una operación nocturna “peligrosa y atrevida”, los helicópteros insertaron un equipo de tropas estadounidenses de operaciones especiales en una zona volátil del noroeste de Siria, donde comenzaron un asalto a un complejo terrorista que culminó en la retirada de Baghdadi a un escondite subterráneo.

Allí, en un “túnel sin salida”, explicó Trump, el líder detonó un chaleco explosivo que acabó con su vida y la de tres de quienes, se cree, eran sus hijos.

EL TIP: Dos miembros del servicio estadounidense resultaron heridos en la operación de captura; dos mujeres, identificadas como esposas de Baghdadi, también se quitaron la vida.

La operación de alto riesgo pone fin a una búsqueda por años para el hombre que encabezó la transformación del Estado Islámico de una banda insurgente clandestina a un poderoso cuasiEstado que se extendió a dos países y generó movimientos de imitación en otros continentes.

En su apogeo, el Estado Islámico controlaba un área del tamaño de Gran Bretaña, con un arsenal militar masivo y una formidable base financiera que solía amenazar a Occidente y brutalizar a quienes estaban bajo su control.

Si bien el grupo gradualmente perdió territorio, debido a los combatientes sirios e iraquíes respaldados por Estados Unidos, funcionarios advierten que aún es una potente fuerza, incluso después de la muerte de Baghdadi.

De acuerdo con The Washington Post, la información sobre el paradero de Baghdadi provino de un terrorista descontento del Estado Islámico que se convirtió en informante para los kurdos, que trabajan con los estadounidenses.

El diario también señaló que la inteligencia estadounidense está detrás de seis individuos del Estado Islámico en la línea de sucesión a Bagdadi.

EL DATO: El escurridizo líder, dado por muerto varias veces, se dejó grabar durante un discurso en Mosul, capital del EI en Irak, en junio de 2014.

Las autoridades indicaron que el Ejército de EU tomó muestras de ADN de los restos de Baghdadi y realizó rápidamente pruebas visuales para demostrar la legitimidad de su identidad.

El material genético necesario para identificar a Baghdadi fue provisto voluntariamente por una de sus hijas, contó un funcionario del Pentágono al Post.

En sus comentarios, Trump pareció deleitarse con la oportunidad de marcar un importante logro en política exterior, al reiterar que derrotó al Estado Islámico por sí solo, una operación que, dijo, fue incluso mayor que el abatimiento de Bin Laden.

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