¿Cambiar al mundo con una “estufita”?

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Foto: larazondemexico

Cuando se habla de cambiar al mundo, comúnmente no se piensa que una “latita” puede salvar 100 millones de personas de aquí al 2030, aunque puede parecer utópico, es la meta de Carlos Glatt.

La Estufita, de la marca Glatt Stove, es una cocina portátil orientada principalmente a comunidades rurales. “Inicié buscando inversionistas para el proyecto, pero no creían en los alcances que este puede tener y que se están comenzando a reflejar”, menciona el emprendedor en entrevista para La Razón.

El también creador de la marca de productos turísticos Piraña Joe, inició un proyecto con un corte mucho más social. Visitó comunidades del país y encontró un gran problema: las personas se enferman al cocinar en sus casas.

Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) 3 millones de personas cocinan con leña en el mundo, una práctica que cada año provoca cuatro millones de muertes por enfermedades como cáncer o enfisema pulmonar, entre otros padecimientos. A ello hay que añadir la deforestación que conlleva esta actividad.

“El objetivo de este proyecto es poder llegar a los 100 millones de hogares en el planeta para el 2020, ofreciendo una opción más saludable, ecológica y económica para cocinar”, menciona Glatt.

Una persona que cocina con leña emite 750 mil partículas por millón dentro de su casa, lo que, en palabras del ambientalista, “es como estar dentro de un vapor de gas tóxico”.

Se puede llevar a todos lados

Una de las grandes ventajas que ofrece La Estufita es que sólo pesa 500 gramos, por lo tanto es portátil. Funciona con un combustible líquido basado en el gas natural, muy sencillo de transportar, ya que no necesita tanques pesados a presión, ni tuberías.

El producto cocina a la misma temperatura que una estufa de casa, a 300 grados, y sólo genera 17 partículas por millón de contaminación, con un uso de 100 litros de combustible al año.

¿Precio accesible?

Para Glatt la apuesta de este producto es su precio. El modelo de negocio se basa en atender las necesidades de las personas que se encuentran en pobreza extrema y necesitan productos muy baratos. Por ello, 50% de las estufas producidas se venden en tiendas de auto servicio y de conveniencia a un precio de 10 dólares y a 1 dólar el litro de combustible.

El otro 50% se vende directo a las comunidades de bajos recursos, a través de un esquema en el que una fundación pagará 90% del producto y el comprador abonará el 10% restante.

Actualmente, un litro de gas LP cuesta 14.50 pesos . Sin embargo, Glatt señala que con 0.4 litros del combustible de La Estufita, se puede cocinar por cuatro horas, hervir 80 litros de agua o cocer un kilo de frijoles. Esto, agrega, hace al producto muy competitivo, además de que no necesita moverse en tanques pesados y peligrosos y puede llegar a las comunidades más aisladas.

No sólo es para las comunidades indígenas.

Aunque La Estifuta Glatt es una idea que comenzó como una propuesta para cambiar la calidad de vida en las zonas rurales, también es una buena alternativa para quienes les gustan de salir a acampar, o incluso personas que viven solas; y no es un target que han dejado un poco en el olvido.

Para lograr la meta impuesta por el creador, en el año 2030, deberían fabricarse 200 estufitas al día; sin embargo, para esto se requiere de una mayor inversión con la que actualmente no cuenta; además de mayor infraestructura.

Su incursión en el mercado general resulta complicada, ya que no puede competir con grandes marcas como Mabe en los supermercados. Por ahora sólo se encuentra a la venta en tiendas en internet como Amazon. “Vender, ganar y ayudar al mundo, al parecer no es compatible”; menciona Carlos Glatt.

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