Autodestrucción

Vale Villa

La autodestrucción es un mecanismo inconsciente que parece empujarnos, contra nuestra voluntad, a atacar las posibilidades de bienestar.

Muchos pacientes llegan desesperados al consultorio. Están cansados de que sus actos no estén alineados con sus pensamientos. Saben que deben dejar de beber en exceso pero no consiguen hacerlo. Ven con claridad que su relación de pareja es una fuente casi permanente de frustración y dolor, pero no tienen la valentía para dejarla. Saben que fumar es causa de cáncer, que comer en exceso es poco saludable, que posponer decisiones relevantes, que simbolizan en parte, lo que valoran en la vida, los hace sentir miserables y fracasados. Éstos son ejemplos de ciclos autodestructivos.

Hace poco vino una joven paciente que es muy infeliz en su relación de pareja. Sabe bien que está con ese novio por las peores razones, que quieren cosas distintas en la vida, en la cama y en todas partes, pero dice no poder dejarlo. La relación la hace sentir, sin exagerar, devaluada, cobarde, mala y miserable. Otro paciente relata que, cuando se siente ansioso o solo, bebe descontroladamente y padece las consecuencias de su tórrido romance con el alcohol: crudas depresivas y ansiosas, bajo rendimiento en sus actividades profesionales, sobrepeso, culpa y pleitos con su familia.

Son muchas las justificaciones que nos damos para no hacer lo que nos hará sentir mejor y más orgullosos. Con gran autoindulgencia nos convencemos de no tener tiempo, dinero, fuerza de voluntad, fortaleza moral, capacidad de decisión o valentía, para dejar de hacernos daño. Las conductas autodestructivas son una fallida protección contra el dolor. Por miedo al sufrimiento y al esfuerzo que se requieren para corregir los defectos del carácter, las personas siguen bebiendo, fumando, posponiendo sistemáticamente lo importante, sin poder despedirse en paz y para siempre, de los hábitos que destruyen.

Para autodestruirse es necesario engañarse; creer que solo estamos en una pausa para tomar valor, en un momento de respiro temporal.

Quienes tienen miedo al fracaso, aquellos que sienten vulnerada su autoestima si fallan, los que ensombrecen la posibilidad de éxito con la del fracaso, dejan pasar oportunidades, amores, relaciones, dinero, salud, por estar distraídos en lo poco importante y por creer que habrá tiempo para arreglar todo lo que está descompuesto.

Las tendencias autodestructivas son algo de lo que hay que curarse, con paciencia y perseverancia, entendiendo que el compromiso del autocuidado es con uno y con nadie más; que elegimos hacerlo por convicción y no para tener tranquilos o felices a otros; que nada es interminable ni imposible y quizá solamente complicado. Que con pequeños pasos se pueden recorrer grandes distancias; que no debe aspirarse a la perfección sino a hacer nuestro mejor esfuerzo. Que hoy es el único día que existe para empezar a cambiar.

*Vale Villa es psicoterapeuta sistémica y narrativa desde hace 15 años. Este es un espacio para la reflexión de la vida emocional y sus desafíos.

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