Placa fantasma contra fotomultas

En Internet se anuncian una empresa con domicilio en Puebla, y otra en el DF, que venden una película con un aerosol que aseguran, impide tomar fotografías de radares de tránsito, ya que hacen ilegibles los dígitos y letras de la lámina de circulación vehicular. En YouTube busqué “fotomultas” y aparecen varios videos, unos venden, otros explican y alguno alerta sobre la falsa efectividad de esos trucos, trampas y demás corruptelas ofertadas a los automovilistas ídem.

Hacer negocio ofreciendo mañas para evadir las sanciones que tocan por violar el reglamento de tránsito, tiene poca gracia y menos vergüenza. Que ninguna autoridad tome cartas en el asunto y haga sana y obligada publicidad de sanciones y castigos en el marco legal, es peor.

Las películas y aerosoles no son lo único. Hay portaplacas con cortinas automatizadas que suben y bajan a placer para tapar la identificación vehicular, otros para motocicletas que son retráctiles a través de un resorte que se acciona desde el manubrio, o más barato, puestas de cabeza.

Calcomanías exactas para cada letra y número que hacen ilegibles las placas ante el lente de las cámaras y sus fotomultas. En Facebook, en YouTube y Google se encuentra un amplio catálogo de artilugios para la evasión.

Pregunté a un automovilista que utiliza esas micas oscuras y la repuesta fue: “una de cal por todas las que nos aplican la policía y los poderosos” (sic).

Hace meses señalamos esa moda de las micas acrílicas, transparentes o ahumadas que ocultan a la vista de cámaras y ojos los numerales de la placa.

Otro ejemplo de descaro e impunidad son los taxis del aeropuerto de la Ciudad de México, con placas deslavadas, despintadas, blancas totalmente para evadir las fotomultas. ¿No se han percatado de ello en la SSP capitalina?

El reglamento detalla que está prohibido portar micas, láminas transparentes u oscuras sobre las placas. En la fracción tercera del artículo 43 se prohíbe la colocación de sistemas anti radares. El incumplimiento de la norma se castiga con una multa de entre 10 y 20 veces la unidad de cuenta de la Ciudad de México vigente, de 69 pesos, la sanción va de 700 a mil 400 pesos.

El nuevo reglamento de tránsito genera miedo y polémica por sus cuestionados y no del todo bien señalizados límites de velocidad que, ciertamente, buscan hacer de la movilidad urbana un ejercicio de seguridad total, de cero muertes tanto en automovilistas como peatones. Para que tenga posibilidad de éxito, el reglamento debe ser aplicado con absoluta equidad bajo la lógica de una norma universal, es decir, sin excepciones.

Si la percepción general en el imaginario colectivo es la recaudación vía infracciones, será el principio del fin de esta norma que debe probar pertinencia, y, sobre todo, racionalidad.

¡Feliz Noche Buena!

urdiales@prodigy.net.mx

Twitter: @CarlosUrdiales

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