La Lengua del Romanticismo

“El arte es una mentira

que nos acerca a la verdad”

Pablo Ruiz Picasso

La producción arquitectónica es una expresión cultural determinante para caracterizar el momento histórico de una sociedad.

Por esto no es casual la importancia que los regímenes políticos dan a la obra pública, pues conocen de sobra el impacto mediático que representa, ya que con el tiempo está sujeta a su apreciación y valoración conforme a los intereses del grupo en el poder.

Tal es el caso en nuestro país con la enorme sombra que arrojó el movimiento posrevolucionario sobre la producción arquitectónica realizada durante el largo periodo que gobernó el General Porfirio Díaz, ocasionando que se conozca poco la arquitectura y sobre todo a los arquitectos de esta etapa de nuestra historia. Por esta razón, hay mucho que investigar sobre la arquitectura del Romanticismo, que construyó la sociedad en ese tiempo como una reacción al racionalismo positivista y al academicismo, asumiendo una postura característica que como tal empleó su propio lenguaje: el Eclecticismo.

La cultura porfirista se nutrió de diversas influencias extranjeras, a la vez que se incorporaron algunas de las características del modernismo y del nacionalismo del siglo XX. El Romanticismo fue determinante para el desarrollo de las artes, entre ellas la arquitectura; fue un movimiento internacional artístico y filosófico que redefinió la manera en que las culturas de occidente pensaban sobre sí mismas y sobre su propio mundo, a partir del sentimiento más que de la razón. Su característica fundamental fue la ruptura con la tradición clasicista basada en un conjunto de reglas estereotipadas, siendo la libertad su búsqueda constante. En arquitectura el Romanticismo enriqueció el limitado lenguaje del Neoclasicismo, incorporando lo exótico y lo extravagante y basando su creatividad en las culturas distantes tanto en el tiempo como en su geografía. Los románticos se ocupaban en expresar estados de ánimo y sentimientos de soledad y nostalgia, al margen de la realidad y del tiempo.

En México entre los arquitectos convencidos de que el camino a seguir para lograr una arquitectura moderna, de carácter internacional y al mismo tiempo mexicana era el Eclecticismo, sobresalió la figura de Antonio Rivas Mercado a quien ya hemos mencionado por su creación en la Colonia Guerrero, de ese ejemplo soberbio de arquitectura habitacional ecléctica que fue su residencia familiar y cuya restauración integral será inaugurada próximamente, para el enriquecimiento cultural de todos los mexicanos. Rivas Mercado realizó además una gran cantidad de obras de calidad, sin embargo se le conoce principalmente por ser el creador del “Ángel”, o más bien de la ”Columna de la Independencia”, inmueble emblemático, símbolo de la Ciudad de México.

En la búsqueda de una arquitectura propia, dentro del confuso panorama del Eclecticismo, Rivas Mercado recomendaba educarse en el arte y la historia para poder aceptar lo mejor de cualquier teoría, ya que veía en la abundancia de ideas la riqueza arquitectónica considerando a lo contrario como miseria intelectual.

C.I.A.U.P./ UNAM

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