Cuando Harry conoció a Sally

Foto: larazondemexico

When Harry met Sally (Cuando Harry conoció a Sally) es una comedia romántica de 1989 que tiene como premisa que la amistad entre hombres y mujeres es imposible.

En un par de las escenas más memorables de la película, Harry (Billy Crystal) le explica a Sally (Meg Ryan) que los hombres no puede ser amigos de las mujeres porque el deseo sexual siempre se interpone en el camino, las encuentren atractivas o no. Sally está en desacuerdo y dice tener amigos hacia los que nunca ha sentido interés sexual. Harry insiste: los hombres siempre quieren sexo con las mujeres y más adelante, en otra conversación, agrega que además el problema es más complicado, porque cuando un hombre y una mujer son amigos y ellos a su vez están en una relación romántica, la pareja amorosa y sexual siente celos de la amiga o del amigo: ¿Qué te falta conmigo que tienes que satisfacerlo en otro lado? ¿Te aburres? ¿Estás secretamente enamorado de tu amigo/amiga?

Estos clichés han amainado en décadas recientes pero conservan vigencia. Casi nunca he tenido un amigo muy cercano sin que alguien me pregunte si tenemos o hemos tenido o nos gustaría tener otro tipo de relación. Las parejas suelen encelarse de los amigos o amigas. Sería impensable que el tiempo se repartiera equilibradamente entre la pareja y el mejor amigo del sexo opuesto. Por lo menos así lo viven algunos.

La ciencia tiene otros datos: en 2012 se estudió a un grupo de hombres y mujeres y se encontró que el grado de atracción sexual que sentían los hombres hacia sus amigas era solo ligeramente más alto que el que ellas sentían por ellos.

Los prejuicios y las ideas conservadoras tardan mucho tiempo en cambiar y las costumbres son de lentísima evolución. Las generaciones nacidas el siglo pasado, antes de los setentas, no conciben en lo general que existan amistades deserotizadas entre hombres y mujeres. Crecieron pensando igual que Harry.

Algunas relaciones de amistad pueden ser eróticas sin la necesidad del cuerpo. Compartir conversaciones estimulantes, gustos musicales o estéticos, sentido del humor, historia de vida, genera eso que el psiquiatra Rafael Manrique llama extra conyugalidad no sexual.

Los hombres son así, siempre quieren sexo, declara contundente Harry. Pensar a los hombres como animales regidos por el ello y sin límites es disculparlos de todo. Es que no pueden evitar verle las nalgas o los senos a las mujeres, es que si la compañera de trabajo trae falda corta o escote cómo no verla. Es que las mujeres guapas siempre producen deseo.

No todos los hombres son tan sexuales ni todas las mujeres van por el mundo ofreciendo su amistad desinteresada. Depende del contexto, de la educación familiar, de las necesidades personales, de la forma preferida de vínculo. Hay hombres y mujeres que lo único que tienen para ofrecer es su sexualidad y que lo único que desean del otro es sexo. También hay parejas de amigos del alma que son los hermanos que no tuvimos y con quienes nunca sentiremos deseo sexual.

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