Las cosas no son como las dicen sino cómo las percibimos, y Elon Musk comienza a proyectar la imagen de un personaje, que aún sin ser oficializado por el Congreso como integrante del gabinete del Gobierno de Donald Trump, pareciera no ser confiable.
Las constantes apariciones en la Oficina Oval en la Casa Blanca junto al presidente estadounidense portando una playera informal de algodón, jeans negros, botas y una gorra con la leyenda política “Make America Great Again” lo colocan en una posición conflictiva que llega a infringir una ley federal que prohíbe todo tipo de actividad/promoción política con leyendas impresas en pines, playeras u otros accesorios a cualquier empleado del gobierno federal asegurando un ambiente laboral apartidista.
Elon Musk, el hombre más rico del mundo, que no por ello tiene que ser educado y seguidor de las normas sociales, aparece en la escena de uno de los gobiernos más poderosos del mundo con total informalidad y sin duda, faltando el respeto a la historia del país norteamericano.

Importante reconocimiento a la SHCP
Cualquier gobierno del mundo guarda un protocolo para los trabajadores más cercanos a su presidente. Los códigos de vestimenta son igual de importante que tu trabajo, es una cadena de actos importantes y serios que emanan respeto al servicio del país.
La fotografía tomada al empresario Elon Musk entrando a la primera reunión de gabinete que realiza el presidente Donald Trump, que hace una entrada como si llegara a una reunión informal de amigos, mientras busca hacerse el simpático y travieso al infringir las normas que él sabe que serán llamativas y cuestionadas, pero que su “amigo” el presidente se lo permite, como lo que es, “un íntimo” consentido y caprichoso adolescente.
Musk tiene una función que es la de dirigir el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) con el que busca despedir a miles de trabajadores a nivel federal, así como aplicar recortes sin ningún tipo de consideración de los trabajadores.

Un tema tan sensible como despedir a miles de trabajadores sin muchas razonas, como los primeros que recibieron un correo anónimo anunciándoles su despido, o el más reciente en donde les solicita a los empleados los logros laborales de su semana, y de no enviarlos, podrían ser despedidos de manera automática.
Musk tuvo a bien de anunciar los despidos con sonrisas y jugueteos entre su hijo pequeño X de cuatro años, quien también se encargó de divertirse hurgándose la nariz y dirigiéndose al presidente de una forma atípica, de manera informal, frívola y desinteresada por el capital humano.
Hoy lo vemos entrar a una reunión que exigía toda la formalidad por ser la primera de este nuevo mandato de Donald Trump con una gorra sobrepuesta con el lema de campaña del partido republicano y con una playera que promueve su negocio, de manera indirecta, pero lo hace.
Un hombre que no acata las normas, quien provoca día a día con un comportamiento irrespetuoso para quienes han hecho una carrera política y que también han llegado hasta lo más alto, que es pertenecer al círculo cercano del presidente de los Estados Unidos, no genera en lo más mínimo confianza.
Y no olvidemos que, de acuerdo con los estatutos propios del gobierno federal, portar todas estas leyendas en su vestimenta, es un delito.
Su puesto de “asistencia técnica” fue defendido por el más caprichudo e impulsivo del mundo, Donald Trump.
Es de llamar la atención que el presidente se dirigiera al Vicepresidente y a los Secretarios de todos los departamentos de Gobierno diciendo: “Quien no esté de acuerdo con él, se puede marchar”, para después soltar una sonrisa burlona.
Elon Musk y Donald Trump tienen un acuerdo que pareciera le favorece mucho más al presidente, que al empresario.
Tanta permisividad y defensa, me hace pensar que significan muchos billetes verdes, porque de allí en más, no veo cómo un tipo como Musk pueda a aportar valor humano en el gobierno federal , de lo que no dudo es en materia de tecnología y economía, pero será difícil que pueda crear un vínculo con los miles de trabajadores que están condicionados por una simple pregunta, en balance con su trabajo y experiencia en el gobierno federal.
Su imagen no ayuda a percibir otra cosa mas que la desconfianza.

