FRENTE AL VÉRTIGO

Cárteles y crisis de violencia

Pedro Sánchez Rodríguez *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón
Pedro Sánchez Rodríguez *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón Foto: Imagen: La Razón de México

Hoy, el mapa delictivo de México está dominado por dos organizaciones criminales: el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación. Ambas poseen gran potencia de fuego, están presentes en la mayor parte del territorio nacional y, dependiendo la fuente, operan entre 50 o 100 países.

Los orígenes del Cártel de Sinaloa datan de 1960, en donde familias locales se dedicaban al cultivo de marihuana y amapola, y rápidamente pasaron al tráfico de cocaína. Gracias a una alianza con narcotraficantes colombianos y centroamericanos, el cártel fue creciendo y migraron su sede a Guadalajara. Los nombres que figuraban en el que era conocido como el Cártel de Guadalajara eran los de Rafael Caro Quintero, Miguel Ángel Félix Gallardo y Ernesto Don Neto Fonseca Carrillo.

En 1985, el cártel asesinó a Enrique Camarena, un agente de la DEA, lo que provocó una gran presión de autoridades estadounidenses y mexicanas, que iniciaron acciones contra el cártel, lo que resultó en la balcanización del narcotráfico en México.

Como resultado de esta atomización, se generó el Cártel de los Arellano Félix en Tijuana, el Cártel de Juárez del Señor de los Cielos y el Cártel de Sinaloa de El Chapo, entre otras organizaciones. La división del narcotráfico incrementó la disputa por rutas de tráfico de drogas y control de territorio, que terminó incrementando la violencia a niveles estratosféricos desde la década de los 90 hasta nuestros tiempos.

En el 2000, el Cártel de Sinaloa, liderado por El Chapo, El Mayo Zambada y El Azul, se aliaron con una organización conocida como el Cártel del Milenio, en Michoacán. La alianza se rompió cuando, en 2010, fue abatido el líder de este último cártel, Ignacio Coronel. La fractura del cártel es el origen del Cártel Jalisco Nueva Generación, fundado y dirigido por Nemesio Oseguera, alias El Mencho.

Ambas organizaciones son responsables de la mayoría de la violencia por narcotráfico en México y son señaladas por el gobierno estadounidense como responsables de la crisis del fentanilo. La captura de El Mayo en 2024 provocó un conflicto que no se ha resuelto en Sinaloa, en el que se enfrentan dos células del Cártel de Sinaloa, Los Chapitos y La Mayiza.

Por su parte, en estos días se hizo pública la existencia de un campo de exterminio y entrenamiento del Cártel de Jalisco Nueva Generación en un rancho en Teuchitlán, Jalisco, a poco más de una hora de Guadalajara. Por si no fuera poco, la percepción de que el gobierno mexicano tiene una alianza con estas organizaciones, han sido y serán excusa del Gobierno estadounidense para presionar y conseguir un sinfín de concesiones de las autoridades.

México está en un nuevo momento. La coyuntura política con Estados Unidos y una estrategia más firme por parte del gobierno de Sheinbaum, dirigida por Omar García Harfuch, son esperanzadoras. Veamos si eso es suficiente para controlar esta crisis de violencia que se ha venido gestando por décadas en nuestro país.

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Javier Solórzano Zinser. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón