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Marco Aurelio Antonino (Roma, 26 de abril, 121 – Sirmio, 17 de marzo, 180): emperador del Imperio Romano desde el año 161 hasta su muerte en 180. El último de los Cinco Generosos Emperadores, tercero de los soberanos procedentes de una familia de antiguos colonos itálicos que se asentaron en la provincia de Baetica. Uno de lo más axiomáticos representantes del estoicismo (escuela filosófica fundada por Zenón de Citio en Atenas en el siglo III a. C). Compartió el trono con Lucio Vero, quien muere en 169 por una epidemia de viruela. Su hijo Cómodo le sucede como mandatario.
Leo en estos días de primavera procelosa Meditaciones (Taurus, 2024), de Marco Aurelio: edición ilustrada (Monse Galbany) con nueva traducción del griego de Óscar Martínez García. Apreciada como la gran pieza de Marco Aurelio (“una de las más grandes obras de la historia de la filosofía”, Russell): llamado al gobierno perfecto, escrita de manera distinguida y con expresiva sensibilidad. XII Libros: convite para echar a un lado los desatinos, tomar el control de nuestras acciones y ser diseñadores de aciertos, los cuales nos encaminen a lo prudente y reglamenten nuestras ambiciones. “Todo es suposición: clara es esta réplica de Mónimo el cínico, como clara es también su utilidad si uno le saca provecho en la medida en que es verdad” (Libro II, 15).
Magnicharters, de pena
El estoicismo de Marco Aurelio se sustenta en que la filosofía, más que todo, es una forma de vida virtuosa: el estado de felicidad no está determinado por las cosas materiales. En los XII cuadernos apreciamos a un ser contemplativo que desarrolla una filosofía práctica “basada en la aceptación del destino, el control de las emociones y el compromiso con el bien común” (Alfredo Troncoso). “De Frontón, darme cuenta de lo perversa, caprichosa e hipócrita que es la tiranía, y de cómo, por lo general, aquellos a los que llamamos ‘patricios’ carecen de sentimientos” (Libro I, 11).
La filosofía como la única búsqueda que realmente importa. Las pequeñas cosas que ocupan la vida cotidiana de las personas son irrelevantes para nuestra prosperidad. “No es fácil ver a nadie infeliz por no detenerse a mirar qué sucede en el alma de otra persona, pero necesariamente han de ser infelices los que no siguen con atención los movimientos de su propia alma” (Libro II, 8).
Despliegue de apotegmas, laudos, soliloquios, aforismos: chispas de discernimiento, que durante más de dos mil años han sido consultadas por políticos, estadistas, ministros y lectores comunes en el propósito de reconciliarse como “sugerentes escultores de reflexiones espirituales” (Russell). Marco Aurelio nos conmina al autoconocimiento, a la exploración de la verdad interior y a desdeñar lo banal. Sus postulados se adentran en los índices de una ética fincada en la naturaleza, en los códigos de un universo que debemos descubrir desde nuestros impulsos más hondos. Estas Meditaciones pueden socorrernos hoy en lo cotidiano. “Es vergonzoso que, en una vida en la que tu cuerpo todavía no ha sucumbido, el alma sea la primera en rendirse” (Libro VI, 29). Reflexiones para protegernos del desorden de nuestras pasiones y de los peligros de nuestros errores: consolidación de nuestra fortaleza interior.
Ficha
Meditaciones
Autor: Marco Aurelio
Género: Soliloquio, axioma, aforismo...
Editorial: Taurus, 2024
