Ha sido muy duro para la comunidad latina en Estados Unidos, el Gobierno de Donald Trump ha buscado sembrar terror en miles de trabajadores en su país.
Las detenciones han sido muy violentas, incluso muchas se han dado fuera de las cortes de migración, y es que cuando un juez ha esestimado el caso de quien se ha presentado a sus citas, afuera están las autoridades de migración para detenerlos.
Este fin de semana, mientras se celebraba el 250 aniversario de la creación del Ejército en Estados Unidos y el Día de la bandera en ese país, un desfile que casi nunca se hacía por considerarse bélico y cuya fecha coincidió con el cumpleaños 79 de Donald Trump, pareciera que se hizo para que el presidente se festejara.

Fecha para el tren
Simultáneamente se llevó a cabo una movilización masiva, llamada “No Kings”, no a los reyes, en clara alusión a Trump.
Los Ángeles, California, fue el centro de estas movilizaciones en donde se calcula, participaron unas 200 mil personas de varias ciudades.
Las protestas se dieron simultáneamente en Houston, Miami, Nueva York, Chicago y Washington.
Aunque en su mayoría transcurrieron de manera pacífica, en Los Ángeles hubo momentos de tensión, cuando la policía intentó dispersar a los manifestantes.
Se dan estas movilizaciones, pero, al mismo tiempo, cientos de trabajadores están escondidos para no ser deportados. Hoteles, restaurantes, tiendas, campos agrícolas y otros generadores de ingresos han perdido millones de dólares por la falta de trabajadores.
Tuvo que haber un fuerte reclamo, sobre todo de los mismos estadounidenses, para que Trump repensara la forma en que está amedrentando a los trabajadores.
Fueron más de seis días consecutivos de protestas, de disturbios, vandalismo y más de 600 detenciones para que Donald Trump reculara, el pasado 14 de junio reconoció la importancia de los migrantes en la economía de su país.
Las redadas masivas han hecho que negocios de todo tipo estén vacíos, ya que familias migrantes no se atreven a salir ni a trabajar, esto ya afecta a las economías locales. Actualmente, quienes tienen negocios en Los Ángeles reconocen que la situación económica que han generado las redadas es similar a la era del Covid-19.
Lo cierto es que miles de estos trabajadores indocumentados pagan impuestos, se los deducen sus empleadores de los cheques de pago y, paradójicamente, sólo cuentan con servicios de salud.
Vamos a los datos duros, lo que representan los trabajadores migrantes en la economía estadounidense.
The New York Times publicó una serie de datos que muestran cómo aportan los migrantes a la economía estadounidense, y es que los migrantes ilegales pagan más impuestos de lo que reciben en servicios sociales.
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En 2022, los trabajadores ilegales aportaron 46 mil 800 millones de dólares en impuestos, sin su fuerza de trabajo se calcula una reducción del Producto Interno Bruto (PIB) de entre un 4.2% y un 6.8%, calcula el American Immigration Council (AIC).
En California el número de trabajadores inmigrantes que laboran en varios sectores es mayor que en el conjunto del país.
El American Immigration Council señala que los migrantes en Estados Unidos representan el 62% de la mano de obra agrícola y son el 42% de los trabajadores de la construcción.
El 85% de los operarios de máquinas de coser de las fábricas de ropa son extranjeros. El 40% de los empresarios son extranjeros.
Cerca de una cuarta parte de todos los trabajadores de la agricultura y la construcción nació fuera de Estados Unidos.
Más de la mitad de los obreros que trabajan en la industria de la construcción también son migrantes. Mientras que, en los campos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas casi una cuarta parte de los empleados son extranjeros.
Tomando en cuenta estas cifras, Trump pausó las redadas migratorias en los sectores clave para la economía.
Al interior de las oficinas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas se difundió un correo electrónico firmado por Tatum King, alto funcionario del ICE, en el que ordenaba suspender operaciones en granjas, empacadoras de carne, restaurantes, hoteles y campos agrícolas.
Esta orden no la han querido reconocer públicamente, pero sí se ha tenido que tomar por las afectaciones tan graves que están sufriendo varios sectores del país, sobre todo los que dependen de los servicios.
Aunque Trump sí reconoció que su política migratoria es agresiva y estaba afectando al sector agrícola y hotelero, donde enfrentan dificultades para reemplazar a trabajadores migrantes con experiencia.
Datos recientes revelan que la fuerza laboral en Estados Unidos disminuyó en mayo pasado por la caída del número de trabajadores nacidos en el extranjero y esto se vio reflejado en la caída de las remesas que llegan a México. El envío de dinero de los migrantes mexicanos a nuestro país disminuyó un 12 por ciento el mes pasado y muy probablemente esa cifra continuará a la baja en los próximos meses.
Por lo pronto, el discurso en algunas instancias se ha moderado, por ejemplo, la subsecretaria de Comunicaciones del Departamento de Seguridad Nacional, Tricia McLaughlin aseguró que ya no irán tras los trabajadores de esa manera, pero sí contra “los peores delincuentes extranjeros ilegales”.
Aseguran que habrá investigaciones contra la trata de personas, lavado de dinero y tráfico de drogas en esas industrias, pero los agentes no tendrán autorización para detenciones “colaterales”.
Sin embargo, no todos los integrantes de la Casa Blanca piensan igual, miembros cercanos a Trump, como Stephen Miller, su asesor principal, y Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional, quienes apoyan la detención de hasta tres mil personas diarias en operativos en los centros de trabajo.
Y es que hay personas que están en contra de la presencia de los trabajadores ilegales, y aseguran que les quitan los empleos a los estadounidenses, lo cierto es que muchos de ellos trabajan las jornadas en los campos agrícolas o en la industria de la construcción.
Hasta 2023 se calculaba que había en Estados Unidos alrededor de 30 millones de migrantes indocumentados, son millones de trabajadores que si son expulsados de los Estados Unidos podían afectar a muchos sectores económicos del país vecino debido a la mutua dependencia

