“El hombre valiente no es aquél que no siente miedo, sino el que conquista el miedo”
Nelson Mandela
El miedo es una emoción básica y universal que surge como una respuesta a la percepción de un peligro, ya sea real o imaginario. Es una recreación adaptativa que prepara al organismo para la supervivencia, desencadenando respuestas fisiológicas y conductuales, como la huida o la lucha.

El desvisadero, nuevo capítulo
El mundo actualmente vive una era donde impera el miedo, como una forma de ansiedad colectiva. El miedo que se vive es polifacético, alimentado por conflictos geopolíticos, discursos de odio, violencia endémica que se propaga como un aire tóxico. La sensación de inseguridad no es local, es un fenómeno interconectado, donde las redes sociales instantáneamente agobian a la población mundial, sin importar donde se localice la guerra o el discurso de odio.
El miedo se encuentra tanto en Estados Unidos, como en Medio Oriente, en Asia o en América Latina. En EU se ha generado un miedo, principalmente para los migrantes que no tienen una estancia regular en dicho país, siendo criminalizados y expulsados, una situación que ha generado todo tipo de manifestaciones en contra, pero sobre todo genera un miedo que recorre las calles de las ciudades donde se encuentran los migrantes.
Mientras tanto, en otra parte del mundo, el miedo impera de la peor forma, no alcanzamos a imaginar lo que debe de estar viviendo la población de Palestina, que, además de estar en la miseria, el terror por los bombardeos de Israel debe de ser el peor de los miedos. Lo mismo deben de empezar a vivir los iraníes, ante los ataques de Israel, situación que le debe generar también un miedo a la población israelita, ante las represalias que puedan tomar los países agraviados.
Por otra parte, el ataque de Rusia a Ucrania despertó un miedo ancestral, que se encontraba dormido, que despertó las historias de guerra entre ambos países. Ucrania ante el miedo de perder, no sólo parte de su territorio, sino su soberanía, la cual la puede perder en cualquier momento, sobre todo si no logra el apoyo total de Europa y de EU.
El miedo también se encuentra en México, principalmente por la violencia producida por el narcotráfico, que tiene una presencia en todo el territorio nacional, donde cobra derechos por todo tipo de actividades, además del secuestro, la extorsión y el asesinato, impiden que las personas puedan estar en las calles tranquilamente; las carreteras actualmente son lugares peligrosos, donde transitar de noche es un grave riesgo.
El miedo en México también genera impotencia ante el saber que las autoridades están ausentes o rebasadas por el poder del narco o por la complicidad con los criminales, por todo ello existe una sensación de abandono, aunado a la poca credibilidad en las instituciones impartidoras de justicia, el panorama no es nada esperanzador.
Lo que el mundo está viviendo tiene un panorama abrumador, por ello es importante reconocer los hilos comunes del miedo, para poder desentrañarlos, pues la solución no es simple, hay muchas cosas por hacer; una de ellas es cambiar la retórica del odio, que impere la justicia por encima de intereses económicos, y sobre todo que los gobiernos se hagan responsables de la seguridad pública, y exigir responsabilidad a los líderes que incitan al odio y a la violencia, de esta forma podremos pasar de la era del miedo a una nueva era de paz.

