En la novela La vegetariana, la escritora surcoreana Han Kang narra la historia de Yeong-hye, una mujer aparentemente común que, tras un sueño violento, decide dejar de comer carne. Esta decisión, en apariencia trivial, desencadena una ruptura total con su entorno familiar y revela un complejo entramado psíquico, social y cultural que se aleja de ser una anécdota sobre vegetarianismo, para exponer el conflicto entre el cuerpo, el deseo y la subjetividad frente a una cultura que impone normas rígidas sobre lo femenino. Un día Yeong-hye dice no y abandona el papel de esposa abnegada: “Ella se había ajustado desde el principio al rol de esposa común y corriente, a preparar el desayuno todos los días, a hacer una aportación modesta a la economía, callada, nunca se quejaba porque volviera tarde del trabajo. Hoy por primera vez no hay camisa planchada, ni desayuno ni acompañarme antes de salir al trabajo. Yeong-hye dejó de dormir, dejó de querer tener sexo”.
La conducta de Yeong-hye puede leerse como una manifestación simbólica de un conflicto interno reprimido. La protagonista, al rechazar la carne, está rechazando también su lugar como objeto de consumo dentro de una estructura patriarcal. Su cuerpo se convierte en el medio a través del cual se expresa lo que no puede ser dicho: el malestar profundo de una existencia oprimida. Como señala Freud (1915), el síntoma neurótico es una “sustitución” de algo reprimido que no puede emerger directamente en la conciencia. En Yeong-hye, la comida, el cuerpo y el lenguaje se entrelazan como campos de batalla simbólicos. Deja de comer carne, rechaza sexualmente a su marido y eventualmente deja de hablar y de tener interés en agradar o en responder preguntas.
Dejar de comer carne se convierte en un acto ético al rechazar el deseo del Otro. El acto verdaderamente ético es el que pone en juego el deseo más íntimo del sujeto, incluso si esto lo lleva a la locura. Yeong-hye escapa paulatinamente del mundo de los humanos, con todas sus violencias. Inhye, la hermana mayor, también padece en una cultura patriarcal que espera total sometimiento de las mujeres. Las hermanas han sufrido la violencia del padre y de sus esposos. La traición, lo incestuoso y lo violento parecen los mecanismos preferidos de excitación masculina en esta historia.
La novela La vegetariana es una exploración profunda del cuerpo femenino como territorio simbólico, donde lo reprimido emerge no como palabra, sino como gesto, como silencio, como resistencia. El viaje de Yeong-hye no es sólo una crisis personal, sino una rebelión contra un orden social que niega la autonomía del deseo. Su historia no termina con la redención, pero sí con una forma radical de afirmación: negarse a seguir siendo objeto.
La enfermedad mental no es un diagnóstico ajeno a las dinámicas familiares, sociales y culturales. Es fácil diagnosticar psicosis y dejar de lado una vida de represión, sometimiento, violencia y desamor.
En Corea del Sur se ha originado el movimiento 4B, como una corriente de mujeres que rechazan los roles tradicionales que se les imponen, especialmente los de esposa y madre. Este movimiento busca combatir la misoginia y los altos números de la violencia contra las mujeres: 67 por ciento de los feminicidios entre 2016 y 2021 ocurrió en casa; la pornografía con cámaras espía es un delito y una agresión cometida en un 98 por ciento por hombres. La brecha salarial es del 31.2 por ciento (la más alta de la OCDE).
Psicoterapeuta psicodinámica y narrativa desde hace 25 años. Éste es un espacio para la reflexión de la vida emocional y sus desafíos.
La rebelión del cuerpoValeria Villa
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