Responsabilidad pública en el futbol mexicano. En los últimos días las redes han explotado debido a las declaraciones de El Chicharito, desatando polémica, críticas fuertes y hasta burlas por parte de medios de comunicación y el público en general hacia el reconocido jugador de Chivas. Lo que parecía ser una declaración personal y una opinión propia, terminó convirtiéndose en una conversación pública sobre violencia de género y machismo, ¡quedando así claramente El Chicharito en “fuera de lugar”! En un mundo en donde esos comentarios ya no van.
En la actualidad, el peso que conlleva ser una figura pública es cada vez más grande. El “VAR” social está siempre atento a lo que se va a decir, a lo que se va a hacer o no hacer y cuando el balón no alcanza, estas acciones pueden tener repercusiones importantes en la carrera profesional de los jugadores. Hoy El Chicharito, Javier Hernández, pasó de héroe deportivo a machista consumado. Sus palabras ya no las borra nadie. Juego sucio.
En estos casos es imprescindible analizar lo que se dijo, pero también lo que este hecho representa en el contexto del futbol y la cultura popular mexicana, dos cosas que van estrechamente ligadas. Hay que recordar que “jugar limpio” significa también que personajes como El Chicharito no son únicamente jugadores profesionales, son un referente, un ejemplo a seguir y si nos vamos más allá, también puede que se conviertan en una marca. Esto ocasiona que su vida profesional esté íntimamente ligada a su vida pública, las palabras y acciones de cada jugador tienen un alcance mucho mayor que el de una persona común. Esta vez, las declaraciones realizadas fueron opiniones basadas en estereotipos de género que refuerzan estas relaciones desiguales de poder por las que se ha estado luchando a lo largo de los años para erradicarlas. Sus comportamientos nos recuerdan a los incels, hombres que buscan la aprobación masculina y que culpan a las mujeres por su falta de masculinidad.
Además, esta polémica no está aislada, se inserta dentro de un contexto de aumento en la violencia hacia las mujeres y no sólo eso, también se inserta dentro de un contexto de esfuerzos institucionales por erradicar la violencia de género. Recientemente, la Federación Mexicana de Futbol ha implementado un Protocolo para atender situaciones de acoso sexual, violencia de género y otros tipos de discriminación en el ámbito deportivo, resaltando la importancia que tienen los clubes afiliados de prevenir este tipo de situaciones. Al final del día, los clubes, las marcas y las federaciones invierten no sólo en el talento de los futbolistas, sino también en la imagen que transmiten. Hoy más que nunca, la sociedad exige coherencia a las personas como figuras públicas, cualquier declaración que normalice o perpetúe la violencia, tendrá un impacto directo en sus carreras y éste es un claro ejemplo que el futbol y deporte no están al margen del cambio cultural.