SPLIT FINANCIERO

Cierre de planta Nissan en CIVAC genera preocupación por impacto económico en Morelos

Julio Pilotzi. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Julio Pilotzi. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: La Razón de México

Aunque la salida de Nissan de su planta en CIVAC ha sido presentada como una medida técnica dentro de su estrategia global de eficiencia, lo cierto es que la decisión ha generado preocupación real por su impacto en la economía local. A pesar de los intentos por minimizar el hecho, el cierre implica despidos que afectarán directamente a cientos de familias y pone presión sobre un entorno industrial ya afectado por la incertidumbre global y las tensiones comerciales con Estados Unidos.

La planta de CIVAC, ubicada en Cuernavaca, Morelos, ha sido históricamente un motor económico regional. Considerado el centro de desarrollo económico más importante del estado, este parque industrial alberga operaciones de múltiples empresas nacionales e internacionales como Roche (antes Syntex), Unilever, NEC, Baxter International, Alucaps, Givaudan, GlaxoSmithKline, Fibrolub Mexicana y Mycom Mayekawa, entre muchas otras.

La decisión de Nissan no sólo representa la salida de una de las compañías más emblemáticas del complejo, sino que también envía señales preocupantes para el ecosistema empresarial establecido en la zona. Nissan, que dirige Iván Espinosa, confirma que trasladará toda su producción de vehículos a su complejo en Aguascalientes, donde cuenta con infraestructura más avanzada y capacidades logísticas que le permitirán concentrar operaciones y reducir costos. Aunque se trata de una estrategia razonada desde el punto de vista corporativo, su implementación careció de una narrativa clara hacia la opinión pública y los actores locales,

Durante décadas, la planta de CIVAC fue clave en el desarrollo de la industria automotriz mexicana. Desde ahí se fabricaron modelos emblemáticos como el Tsuru, Tiida, Estaquitas y otros vehículos que marcaron época tanto en México como en el extranjero. Su cierre no sólo pone fin a una etapa importante en la historia industrial del país, sino que también plantea interrogantes sobre el futuro del empleo y la reactivación económica en la región.

Si bien la Presidenta Claudia Sheinbaum ha reiterado que ningún fabricante ha notificado formalmente su salida de México, el caso Nissan refleja una realidad más compleja. La reestructuración de sus operaciones, aunque no implique un retiro total del territorio nacional, sí representa un movimiento de contracción operativa con consecuencias visibles en lo local.

Para Morelos, este cierre no es un tema menor: afecta directamente a una de sus zonas industriales más dinámicas y deja vacíos difíciles de llenar en el corto plazo. La falta de coordinación en la comunicación de la empresa, sumada al bajo perfil de sus representantes en México, ha contribuido a un manejo errático de la situación. En lugar de reducir la tensión, la confusión inicial generó incertidumbre entre trabajadores, proveedores y autoridades, justo en un contexto en el que el país necesita certeza para mantener su competitividad como plataforma manufacturera.

Más allá de los argumentos corporativos, el cierre de CIVAC es un recordatorio de que las decisiones empresariales, cuando no se articulan adecuadamente con el entorno social y económico, pueden amplificar sus efectos negativos. En este caso, la afectación va más allá de Nissan: se extiende a una red de empleos indirectos, cadenas de suministro y a la confianza en la continuidad de inversión en el estado. Nissan ha cerrado o reducido operaciones en varios países, incluyendo España, Indonesia, y ahora México, y eso sí, se tiene que poner atención a despidos masivos de 20 mil personas en todo el mundo, incluido por supuesto México,

Voz en Off. Va al rescate de Pemex. La reciente colocación internacional de Notas Estructuradas Pre Capitalizadas (P-Caps) por 12 mil millones de dólares a cinco años refuerza la capacidad del gobierno mexicano para acceder a financiamiento estratégico en condiciones favorables, en un contexto de alta demanda internacional. Esta emisión, la segunda más grande de su tipo en un solo tramo, está diseñada para fortalecer las finanzas de Petróleos Mexicanos, permitiendo al Estado canalizar recursos hacia el saneamiento de la empresa sin comprometer de inmediato el balance fiscal. La sobredemanda cercana a 23,400 millones de dólares y la compresión del spread a 170 puntos base sobre los bonos del Tesoro estadounidense reflejan la confianza de los inversionistas institucionales en la capacidad de México para estabilizar a Pemex y mantener disciplina macroeconómica…

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