GENTE COMO UNO

Desaparecidos trabajadores de limpia…

Mónica Garza. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Mónica Garza. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: Imagen: La Razón de México

“No nos vemos de noche”, reclamaron furiosos ante lo que consideran un atentado a su seguridad —la poca que tienen— los trabajadores de limpia de la Ciudad de México. Y es que con el cambio de color de sus uniformes que llegó con la nueva administración, los más de tres mil trabajadores pasaron de vestir un overol amarillo fluorescente, a ropa color guinda, como en mitin político de Morena.

El reclamo tomó fuerza el 8 de julio, luego de que una joven de 23 años de ese gremio, muriera al ser atropellada mientras realizaba sus labores en la Avenida Central.

Con ese nuevo “color partido” —como algunos le llaman—, las autoridades capitalinas están faltando a la ley escrita, que claramente establece que los colores requeridos para este tipo de labores son el amarillo flourescente, naranja flourescente y rojo fluorescente (Norma técnica NMX-S-061-SCFI-2017).

“Los materiales retrorreflejantes de mayor desempeño fotométrico ofrecen un mayor contraste y visibilidad ante ángulos de observación mayores al ser vistos desde un automóvil convencional durante la noche”, advierte el documento, que en ningún renglón menciona el color guinda.

Esta semana unos 800 trabajadores de limpia de la alcaldía Cuauhtémoc, se manifestaron en la colonia Doctores exigiendo pago de bonos, salarios pendientes y base laboral para quienes llevan años de trabajo sin reconocimiento oficial.

Tristemente han sido invisibilizados estos trabajadores callejeros fundamentales y no es difícil dimensionar su importancia:

México genera anualmente más de 42 millones de toneladas de residuos sólidos, que gráficamente serían 175 Pirámides del Sol de Teotihuacán, hechas de basura.

Trabajadores de limpia de la Ciudad de México participan en la remoción de basura en las colonias afectadas por las inundaciones, en Iztapalapa, el 7 de junio.
Trabajadores de limpia de la Ciudad de México participan en la remoción de basura en las colonias afectadas por las inundaciones, en Iztapalapa, el 7 de junio. Foto›Especial

La sola Ciudad de México genera el 14 por ciento del total nacional de basura.

La Coordinación Universitaria para la Sustentabilidad de la UNAM, apunta que la labor que realizan los barrenderos, implica una reducción mayúscula del riesgo de enfermedades en la población, transmitidas por la basura y su deficiente manejo.

De acuerdo a la Secretaría de Economía, en el primer trimestre de 2024 había cerca de un millón de personas barrenderas y trabajadores de limpieza —sin considerar a las que hacen estas tareas en hoteles y restaurantes.

En la capital mexicana son alrededor de 10 mil ciudadanos los que se emplean en estas labores y la mayoría no cuenta con las condiciones que requiere su ocupación.

Muchos no están reconocidos oficialmente, trabajan sin salario fijo, sin prestaciones ni contrato; sobreviven de propinas, reciclaje informal o cuotas que pagan a sus supervisores, según el estudio “Trabajadores invisibles dentro del servicio de limpia de Ciudad de México”, elaborado por la organización Mujeres en el Empleo Informal: Globalizando y Organizando (WIEGO).

Los que sí tienen acceso a la llamada “Nómina 1” del Gobierno de la Ciudad de México, ganan entre 2 mil 300 y 3 mil 500 pesos quincenales, aunque hay registros de queja de aquéllos que deben pagar de su bolsillo herramientas, uniformes e incluso cuota sindical.

Mientras que expertos aseguran que este empleo debería ser considerado de alto riesgo, por ende, pagarse y equiparse como tal.

Recordemos que durante la pandemia, la Organización Mundial de la Salud alertó sobre el riesgo para trabajadores de limpia sin equipo. Muchos de ellos hasta el día de hoy no cuentan con uniformes adecuados, botas impermeables o protección respiratoria.

Otra situación que abona al problema es el outsourcing, que se emplea por ejemplo para la contratación de personal de limpieza en el Metro de la Ciudad de México.

Investigaciones periodísticas han documentado casos de precariedad de estos trabajadores que, al ser contratados por un tercero, no tienen formalidad en sus empleos, no hay vacaciones, aguinaldo o contrato formal.

No conocen a su patrón, sufren descuentos injustificados y carecen de compensaciones por horas extras o enfermedades, además, muchos ganan menos del salario mínimo.

El problema de la basura en México parece imposible de manejar, pues de las 12 mil toneladas que se generan al día en la Ciudad de México, de acuerdo a la Secretaría del Medio Ambiente, las plantas procesadoras sólo consiguen reaprovechar un 30 por ciento.

Los trabajadores de limpia —contratados o no— son los que se encargan todos los días de recolectar la basura de más de nueve millones de personas en la capital mexicana.

Pero a pesar de su importancia, están injustamente invisibilizados, en sus condiciones de trabajo y hoy, también hasta en sus uniformes nuevos, que inevitablemente los “desaparecen” de noche…

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