LA ÚLTIMA Y NOS VAMOS

Apenas un sotol

Daniel Santos Flores. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón Foto: Especial

… Para digerir el bocado amargo que los mexicanos acabamos de degustar… o lo que es lo mismo, para aguantar a Noroña. Si bien ya estaba difícil masticarlo en su faceta de “malandrín de feria de pueblo”, el “Noroña empoderado” es IN-SO-POR-TA-BLE.

Este nuevo ser, ataviado en su ajuar típico con el que cubre sus incongruencias, ronda las cámaras, los restaurantes caros, las salas VIP, los aviones de primera clase y los hoteles premium. Se ha convertido, para el llamado movimiento del pueblo, en un abrojo en la bolsa trasera.

Imagínese usted que le regalan un tigre recién nacido. De entrada, sabe que la bestia en crecimiento será un problema en algunos meses o años, pero usted lo acepta porque, pues, “a lo regalado no se le ve el lado”. Bueno, pues ese tigre creció y ahora ya se comió a sus vecinos, ya lo atacó a usted y está a punto de morder a su familia. Igualito pasa con Noroña: los líderes camarales, la presidenta del partido, sus compañeros y compañeras, y todo aquél que se le acerca recibe, a veces, una mordida, a veces un zarpazo y a veces los dos.

Me platican que “el de verde” pasó de ser un aficionado que le echaba porras y vítores, a convertirse en su “primer bate”. Y es que lo trae para todos lados documentando su lucha contra la desigualdad. Sí, la que él mismo representa.

En fin, así sucede cuando no se tenía nada y, de pronto, se tiene un poco. Como dice el famoso diálogo de la película Amar te duele: “Así se les dice, Ma: …”.

Binoculares. Para los distraídos encabezados por Andy López, similares y conexos. No es que no se quieran perder nada, es que para ver desde sus lugares el informe de la Presidenta Claudia Sheinbaum eran indispensables. Me dicen que posaron para las cámaras para repetir la foto del Zócalo, sólo que en esta ocasión los flashes no fueron para ellos, y mejor ni una selfie se tomaron.

Menudo y barbacoa. A ver si con eso se llena el senador por Zacatecas, Saúl Monreal. Resulta que anda con la panza vacía y le hace falta la gubernatura de su estado para quedar satisfecho. Tanto es el hambre que trae, que hasta se le echó encima a la dirigencia de su partido, y hasta a su propio hermano, que casualmente es el actual gobernador. El pobre hombre sólo pide una oportunidad para servirle a su pueblo, porque obviamente desde el Senado no es suficiente para su ánimo y esfuerzo de transformar Zacatecas. A ver si, para saciar el hambre, la carroña no le hace mal a su movimiento.

La última… Ridículo le dijo la Presidenta al buen Alito. Porque, según él, fue a denunciar a Washington la corrupción en México. Pero comentan que sólo “andaba a las cachadas”. O sea, que se paró afuera del Capitolio para tomarse fotos con la gente que iba saliendo, con la esperanza de que alguno fuera congresista. Dicen que, sin saber quiénes eran, primero posaba y luego preguntaba. Total, que de cien personas que saludó, sólo a dos le atinó.

…y nos vamos.

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