El reciente asesinato de un estudiante dentro de las instalaciones del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) plantel Sur, detonó una serie de protestas en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y generó que varios planteles hayan estado en paro por varios días, para que, posteriormente, se intentara llevarla a una huelga general.
Las huelgas en la UNAM han marcado un momento en la vida social y política del país. Así, las huelgas más importantes durante las últimas décadas han sido las siguientes: la de 1966; durante la década de 1960 la UNAM vivió bajo el régimen autoritario del PRI, por ello, el rector Ignacio Chávez buscaba imponer un reglamento que limitaba la participación política de los estudiantes. Derivado de ello, la Facultad de Derecho expulsó a varios estudiantes por participar en actividades políticas, por lo que se desencadenó un conflicto que propugnaba por la libertad de expresión política dentro del campus universitario.
La huelga se inició en abril de 1966 y permaneció varios meses, fue un movimiento masivo y muy organizado, con brigadas y asambleas constantes, donde los estudiantes argumentaban que la autonomía universitaria era inútil si no incluía la libertad política. Los huelguistas no lograron todas sus demandas, pero sí la principal, que fue la de que la UNAM fuera un espacio libre para la manifestación de las ideas políticas, lo cual fue fundamental para el movimiento del 68.
La otra gran huelga en la UNAM fue la realizada en el año de 1999, derivada del intento de quitar la gratuidad, para establecer una serie de cuotas para los estudiantes de nuevo ingreso, lo cual violentaba el principio de educación gratuita contenido en la Constitución Política. El paro inició el 20 de abril de 1999 y permaneció por 9 meses y 12 días, dividiendo a la comunidad estudiantil, pues unos querían continuar en huelga y otros regresar a clases.
La huelga provocó la entrada de la Policía Federal, a instancias del rector Francisco Barnés, quien posteriormente renunció, y fue el nuevo rector, Juan Ramón de la Fuente, quien negoció el levantamiento de la huelga y el regreso a clases. No obstante, la pérdida del año escolar y un desprestigio social, se canceló el establecimiento del pago de cuotas de ingreso y se generó una constante discusión de si la UNAM debiese cobrar cuotas para contar con un mejor presupuesto.
Los motivos de las huelgas de la UNAM son un tema que respondía a circunstancias políticas que vivía el país, a diferencia de los recientes paros en los diversos planteles, no encuentro una razón política suficiente para ello. Lo mismo sucedió en la marcha del 2 de octubre, donde vandalizaron una serie de comercios del Centro Histórico sin que nadie lo impidiera, por lo que pareciera que ahí puede haber una conexión para desestabilizar a la UNAM y al Gobierno al mismo tiempo.
Desde luego que la UNAM tiene diversos problemas, entre los principales se encuentran los derivados de un bajo presupuesto que provoca, desde la escasez de materiales de todo tipo, situación que se vive en casi todas las oficinas del Gobierno, y que la UNAM no está exenta de ello. Sin embargo, no son razones suficientes para que haya un paro de labores o que se vaya a huelga como algunos lo intentaron, por lo que las autoridades de la UNAM, así como el Gobierno de la CDMX, deberían de investigar las causas que mueven dichas protestas y que intentan generar un caos donde no debería de haberlo.