DESDE LAS CLOACAS

Es una tragedia

El Duende. *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón. Foto: La Razón de México

La noticia se dio a conocer el sábado por la noche a través de videos que circularon en redes sociales. Atacaron a balazos a Carlos Manzo, alcalde de Uruapan, Michoacán, en pleno Festival de las Velas por la conmemoración de Día de Muertos.

Apenas en septiembre, Manzo decidió cancelar el Grito de Independencia en su entidad para resguardar la seguridad de la población ante la ola de violencia.

También, había pedido protección federal, ya que temía por su vida.

El motivo, desde su llegada como presidente municipal fue amenazado de muerte por sus acciones y medidas para enfrentar al crimen organizado.

En varios videos que compartía en redes sociales, así como en innumerables entrevistas, había dejado claro que combatiría a los criminales con firmeza y que, si eran sorprendidos armados y amedrentando a la población, los iban a abatir.

“Los que estamos expuestos, los que estamos dando la cara, es nuestra policía municipal, es este Gobierno. Incluso mi propia vida como presidente municipal y no estoy dispuesto a doblegarme”, aseguraba.

Ése fue su delito, ése fue su error, hacer lo correcto y actuar en favor del pueblo. Hacer lo que deberían hacer todos los alcaldes de todos los municipios del país, dejar claro que no habría pactos, impunidad ni corrupción en su administración.

Ayer, en una conferencia de prensa del Gabinete de Seguridad, el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, aseguró que el alcalde contaba con seis elementos de la Guardia Nacional para su protección asignados desde diciembre y que, posteriormente, en mayo de este año, reforzaron su seguridad con ocho elementos más, o sea 14 en total. Aun así, lo asesinaron.

Si un servidor público con esa cantidad de escoltas fue ejecutado en plena plaza pública y ante cientos de personas, ¿qué nos puede esperar a usted o a mí, querido lector, a cualquier ciudadano de a pie en este país?

Ya basta de mentiras, ya basta de simplemente condenar los hechos, ya basta de promesas incumplidas, de maquillar las cifras, digamos ya la verdad.

México es un país lleno de violencia. Que se sigue cayendo a pedazos por la terrible inseguridad que padecemos.

Estos casos —tristemente— son cada vez más comunes y hoy tenemos un país donde por todos lados hay asaltos, asesinatos, desaparecidos, ejecutados, extorsiones, feminicidios, secuestros, etcétera.

Definitivamente, no podemos normalizar esta violencia. ¿Qué más tiene que pasar? ¿Hasta cuándo tendremos que aguantar esta espiral de violencia?

El clamor general entre la población sigue siendo el mismo, estamos fastidiados, hartos, desesperados, pero como diría el clásico: “Y nadie, hace nada”.

Basta por hoy, pero el próximo lunes… regresaréeee!!!

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