Un gran amigo describió la propuesta como algo que “en realidad debería llamarse salud casi por casa” ante la imposible tarea de llevar los medicamentos hasta la puerta de las casas. Al final y ante las duras críticas, tuvieron que salir a reconocer que en efecto no es una farmacia como tal, sino un estante con algunos de los medicamentos básicos disponibles. Hace unas semanas se anunció con bombo y platillo lo que serían las nuevas Farmacias del Bienestar.
Una propuesta del Gobierno federal y la Secretaría de Salud —a través del programa “Salud Casa por Casa”— para entregar medicamentos gratuitos a la población, particularmente a los adultos mayores y personas con algún tipo de discapacidad, que no cuentan con seguridad social.
Durante el anuncio se enlazaron vía remota hasta la entidad en la que, dicho sea de paso, operarán inicialmente quinientos estantes, colocados de manera específica junto a las Tiendas del Bienestar y Centros de Salud, expandiéndose al resto del país para 2026.
De inmediato, algunas críticas inundaron las redes sociales al comparar estos puntos con carritos expendedores de comida, por decir lo menos. Y sobretodo cuestionando cómo se garantizaría la eficacia de los mismos, estando expuestos al sol, la intemperie y a condiciones insalubres.
El viernes pasado a cuestionamientos sobre si estas llamadas Farmacias del Bienestar cumplían con los requisitos establecidos en la ley general de salud en materia de almacenamiento, conservación y preservación de medicamentos, la respuesta del Gobierno fue que este modelo es parte del proyecto completo y que sólo es un punto de toda la estrategia, asegurando también que sí cumplen con todo lo establecido por la ley.
“El estante que se presentó no es que eso en particular sea, digamos, la Farmacia del Bienestar. Es un estante que distribuye medicamentos para el programa ‘Salud casa por casa’. Son una serie de medicamentos, no son todos los medicamentos, sólo los que están asociados al programa y determinados por la Secretaría de Salud”, se indicó.
También, que la distribución de las medicinas está garantizada y regulada por Cofepris, cumpliendo con todas las normas sanitarias establecidas.
Sea lo que sea, querido lector, después del fracaso monumental que resultó ser aquel “elefante blanco” de la Megafarmacia de López Obrador, se vale estar pendientes de si este nuevo concepto que promete surtir de medicamentos básicos a la sociedad.
Basta por hoy, pero el próximo lunes… regresaréeeeeeeee!!!