De películas y divorcios

De películas y divorcios
Por:
  • antoniof-columnista

“El matrimonio es la principal causa de divorcio”

Groucho Marx

Se acaba de estrenar en Netflix una película que ha causado gran sensación por la forma tan profunda y tan simple que trata los problemas del divorcio; se llama Historia de un matrimonio, en la que más que la historia de un matrimonio trata de las vicisitudes de un divorcio.

Sobre divorcios se han realizado varias y buenas películas. Así tenemos las ya clásicas  Secretos de un matrimonio,  Kramer contra Kramer y La guerra de los Rose, en las que las parejas en proceso de divorcio pelean por todo: casa, dinero, hijos y lo más importante es ganar el juicio. Las parejas más amorosas se transforman en las más despiadadas y crueles; parecería que entre más amor haya más sucio es el juicio.

Lo importante de la nueva película es cómo se maneja el divorcio en la vida actual, en la que cada cónyuge tiene un trabajo y una expectativa de vida; los dos son talentosos, con un gran futuro, pero ambos son egoístas; para ambos lo más importante es su individualidad. Ante ello, recurren a todo antes de decidir divorciarse, por lo que plantean la posibilidad del divorcio, pero siempre que sea sin abogados.

El problema mayor surge cuando la mujer decide divorciarse y busca un abogado. Ahí vemos cómo el director, de manera magistral, integra a los nuevos personajes que se vuelven protagonistas, ya que el esposo también tiene que contratar a un abogado y busca al más rudo; entonces se terminan sus buenas intenciones y empiezan la rudeza y las bajezas para ganar. Al final los que siempre ganan son los abogados, por sus altos honorarios, pues aquellos quedan divorciados, pero sin dinero.

En todo divorcio un tema importante es la convivencia con los hijos y los problemas principales son a qué escuela asistirá y cómo se dividirán las vacaciones y las fechas importantes, las cuales siempre generan discusiones, pues cada padre considera que su hijo la pasará mejor con su familia y que sus eventos son los más importantes.

En México, los divorcios, como en las películas, pueden tornarse muy tortuosos y muchas veces llegar hasta el asesinato, como lo acabamos de vivir con el caso de Abril Pérez Sagaón, cuyo principal sospechoso es su exesposo, quien es buscado por las policías, por haber contratado a un asesino para realizar el cometido.

Los divorcios cada vez se tornan más violentos; en principio, porque los divorciantes, por vanidad, quieren sentirse ganadores, como en la película, pero sobre todo porque los juzgadores no toman las medidas para proteger a los menores y a las mujeres; tampoco se tiene el soporte psicológico para procesar la violencia, el resentimiento y la depresión que puede dejar un divorcio. Una de las últimas medidas que esperemos dé resultado es la mediación, como forma alternativa al proceso.