Golpe de Estado en Bolivia

“No puede haber dictador sin su ejército”

Francisco Villa

En los últimos días mucho se habla de Bolivia y de Evo Morales, a raíz de su renuncia a la Presidencia, discutiéndose sí fue un golpe de Estado. El concepto de golpe de Estado empezó a utilizarse en Francia en el siglo XVII, en referencia a las medidas violentas y repentinas realizadas por el Rey para desprenderse de sus enemigos, argumentando que eran necesarios para el bien común y del Estado.

En el siglo XX el concepto golpe de Estado fue ampliado, para diferenciar entre un golpe de Estado Constitucional de uno Militar; en el primero, los miembros de un gobierno maquinan para destituir a un gobernante, mientras que en el Militar, las fuerzas armadas toman el poder por la fuerza, destituyendo a un gobernante legalmente elegido y asumiendo el poder el líder los militares golpistas.

En la historia han existido diferentes golpes de Estado, desde el Franquista en España en 1936, hasta el más reciente en Honduras en el 2009, en el cual el ejercito derrocó al Presidente Manuel Zelaya; sin embargo, por haber sido apoyado por los Estados Unidos la comunidad internacional no hizo grandes críticas y prontamente se aceptó al nuevo gobierno.

En el caso de Bolivia se nos presenta una figura híbrida de golpe de Estado, en la cual el Presidente Evo Morales renuncia forzado por el pedimento del jefe de las fuerzas armadas, pero las cuales no toman el poder, sino que el

poder es asumido por una persona a la que constitucionalmente le corresponde asumir dicho poder, como lo es la Presidenta del Senado.

Desde luego que la renuncia de Evo Morales en Bolivia fue planeada milimétricamente, en este tipo de eventos deben calcularse los pasos a seguir, por ello se debieron tener previstas las renuncias del Vicepresidente Álvaro García y de la Presidenta del Senado Adriana Salvatierra, y con esto fuera nombrada la Vicepresidenta del Senado Jeanine Ánez, como Presidenta de Bolivia, no importando que en el Congreso no se contara con el quorum suficiente, el Tribunal Constitucional la declaró legalmente Presidenta.

No obstante que con la renuncia de Evo Morales se obtuviera una solución al conflicto postelectoral y se calmaran los ánimos sociales, debemos considerar que jurídicamente no hay buenos ni malos golpes de Estado, puesto que todo depende de nuestras filias y fobias; en este caso cada quien lo califica de acuerdo a ello. Aún cuando los puristas puedan decir que no existió un golpe de Estado por que el ejército no tomó el poder, pero en esto no radica la existencia de un golpe de Estado.

Los golpes de Estado se dan mediante el uso de la presión de un grupo en el poder hacia un gobernante, sin que haya una revolución, pero sin respetar el orden Constitucional. En Bolivia todavía no tenemos nada definitivo y la historia apenas inicia.