¿Es Canelo el Verstappen del box?

DE VICTORIAS Y DERROTAS

Alfredo Castillo *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Alfredo Castillo
 *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

Para mi querido Mauricio Sulaimán.

Max Verstappen es hoy por hoy el piloto más dominante que existe en la Fórmula Uno. Tricampeón mundial, desde el año pasado gana prácticamente todas las carreras. Sin embargo, a pesar de este dominio, tiene sus detractores los cuales han sido enfáticos en señalar que el gran número de victorias de los últimos dos años, obedecen más al auto que tiene que a su propia capacidad como piloto.

Lo mismo ha pasado con Saúl Canelo Álvarez, campeón absoluto de todos los organismos de box en las 168 libras. Como Verstappen, aunque es imbatible en su categoría, muchos han cuestionado su reinado señalando que no tiene el mismo mérito que tuvo en su momento un Julio César Chávez, ya que es el propio Canelo Álvarez quien decide a quien se enfrenta y en qué peso, en cada una de sus peleas.

Esas consideraciones han generado un debate interesante para cada uno de ellos. En el caso de Max Verstappen, el hecho de que su coequipero Sergio Checo Pérez no pueda replicar el dominio que ejerce Max, ha ocasionado que cada vez se le discuta menos y se le reconozca más a Verstappen como el mejor piloto del mundo.

En el caso del Canelo, no se tenía algo tan evidente que pudiera despejar cualquier duda de que efectivamente es el mejor boxeador del mundo en su categoría. El Canelo necesitaba una victoria en igualdad de circunstancias ante un rival que tuviera todas las credenciales para poder retarlo, y ése era Jaime Munguía, un boxeador mexicano que estaba invicto en sus 43 peleas como profesional y que venía de noquear al excampeón de la categoría John Ryder, un americano que se le puso al tú por tú al Canelo y en donde el jalisciense sólo pudo derrotarlo por decisión.

Y el Canelo Álvarez dio una demostración que ahora si no dejó lugar a dudas, ya que no sólo ganó, sino que lo hizo de manera clara y contundente, dejando ver a Jaime Munguía un escalón por debajo de él, cuando antes de la pelea, muchos decían que había llegado el momento del relevo generacional entre ambos.

Y en esta pelea, no fue que Jaime Munguía haya tenido un mal día o que no fuera todo lo que se decía de él antes, fue simplemente que la “juventud” no pudo con la experiencia, la voluntad no pudo con la clase, y las ganas no pudieron con la fortaleza mental y ecuanimidad del tapatío. Todo esto demostró que los que pensaron que Munguía era superior y derrotaría al Canelo, estaban muy equivocados.

Es posible que el Canelo, sin llegar al extremo de Mayweather, decidió que su camino no sería como el de Juan Manuel Márquez, Erick Morales, Juan Antonio Barrera o el Travieso Arce, quienes se distinguieron por ser auténticos fajadores que salían a romperse el alma, a pelear con la nariz rota, ensangrentados y después de haber pisado la lona una o más veces, levantarse para darle la vuelta a una pelea que se veía perdida, de esas que hoy las recordamos como épicas a nivel de leyenda.

No, el Canelo Álvarez impuso o creó su propio estilo, ese de tener los pies bien plantados en el cuadrilátero y pegando sólo cuando se tiene que pegar sin dejarse ir a lo loco o de una manera precipitada. Nunca ha buscado un knockout milagroso, aunque se sienta en desventaja. No le afecta que sus rivales terminen de pie y que sea el sonido de un micrófono el que deje saber que ha ganado la pelea.

El tema es que al mexicano en sí, no le gusta este estilo porque no es una lucha contra la adversidad, no es ir contracorriente, no es el clásico grito de “sí se puede.” Las adversidades del Canelo fueron en su infancia, no en su momento de mayor esplendor dentro de un cuadrilátero. A diferencia de muchos otros boxeadores, el Canelo Álvarez supo construir una empresa con su nombre, aprendió a administrar su tiempo y su legado, pero sobre todo, entendió que la salud y la racionalidad están por encima de los aplausos de una noche de fiesta de boxeo.

¿Podremos decir que el Canelo es el mejor boxeador mexicano de la historia? ¿Podremos decir que es mejor que Julio César Chávez, por no citar peleadores de antaño como Salvador Sánchez o el Púas Olivares? Probablemente la gran mayoría dirá que no, pero creo que mucho obedece a lo que dije antes. Canelo sería como Cristiano Ronaldo, alguien hecho a base de mucho trabajo duro, disciplina, esfuerzo, método y obvio habilidades. Julio César Chávez sería un Maradona, aquel que tiene todo el talento del mundo, pero que se dejó de esforzar y, por tanto, no llevó al límite sus propias habilidades.

Canelo Álvarez supo dedicarle horas y horas a lo mismo con mucha determinación. Supo que el talento en algún momento le iba a fallar, pero tiene demasiado trabajo, como Cristiano Ronaldo o el propio Max Verstappen.

En el caso de Jaime Munguía, por supuesto que es un grandísimo peleador y sus mejores peleas seguramente todavía están por venir, pero el haber sido vencido de una manera tan evidente marcará una pausa en su camino, porque hoy no tiene los argumentos para pedir una revancha. Si tuviéramos que hacer una analogía, Canelo Álvarez fue Verstappen y Munguía fue Checo Pérez. Canelo Álvarez fue Novak Djokovic y Munguía fue Casper Ruud. Canelo fue Scottie Scheffler y Munguía fue Colin Morikawa.

Por todo esto, y como lo dijo el propio Canelo después de su victoria del sábado, ahora si se puede dar el lujo de volver a escoger su rival, porque ahora sí calló muchas bocas. Si no hubiera peleado con el invicto Jaime Munguía, muchos hubieran señalado que sólo le rehuía bajo el pretexto de no querer enfrentarse a un peleador mexicano.

Ahora dicen que le rehúye a Carlos Benavidez. En lo personal lo considero arrogante y oportunista. Merecía más Munguía por ser calidad humana, ser mexicano, haber noqueado al excampeón John Ryder y estar invicto. Seguramente se dará esa pelea, pero Canelo ya la puede hacer sólo por el gusto de callar a este bocón y no a millones de espectadores que hasta antes de su pelea de este sábado, lo subestimaron.