Alfredo Castillo

Charlie Woods y la paciencia en el deporte

DE VICTORIAS Y DERROTAS

Alfredo Castillo*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Alfredo Castillo
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

Para mi estimado Pro Gabriel Aldaco

Charlie Woods es un adolescente que acaba de cumplir 15 años. Es hijo de la leyenda viviente Tiger Woods y, como su padre, quiere ser golfista. En el 2020, con 11 años, sorprendió al mundo al acompañar a su padre en un torneo de padres e hijos, en donde tuvo ciertos toques de grandeza tanto en su golf como en su comportamiento dentro del campo. Desde entonces, el torneo PNC Championship pasó de ser un torneo de padres e hijos para convertirse en el parámetro de la evolución del hijo de Tiger Woods como golfista.

En su última participación, Charlie Woods confirmó ese crecimiento al tener un repertorio más amplio de golpes, destacando drives de más de 315 yardas, así como un gran juego corto, logrando todo esto ante la mirada de cientos de espectadores y de millones de telespectadores por todo el mundo, lo cual dejó ver que, posiblemente, podría estar listo para dar el brinco al siguiente nivel.

Y esta semana lo intentó en su ciudad natal en Florida, en un evento preclasificatorio para ganarse un lugar en un torneo del PGA Tour. Y la sorpresa fue que las rondas bajo par no se hicieron presentes, sino un estrepitoso 86 en un par 70, esto es, tiró 16 golpes de más, haciendo inclusive 12 golpes en tan sólo un hoyo, y sin obtener un solo birdie.

Algunos dirán que es un golfista inflado sólo por su apellido, otros dirán que es todavía demasiado joven para introducirlo en un nivel de exigencia tan alto como lo es clasificar a un torneo profesional en donde sólo pueden tener acceso los mejores golfistas del mundo; y habrá otros, como podría señalar que es mi caso, en donde podríamos considerar que es parte de un proceso de muy largo aliento a través del cual tendrá que pasar por muchas caídas para poder llegar a la cima.

Hoy por hoy, cada vez es más común ver a padres sacando a sus hijos de la escuela desde muy pequeños para apostarle a una carrera profesional en su deporte de preferencia. Algunos padres sienten que ahí está su legado, otros consideran que es la manera práctica de hacerse de dinero a través del talento y el sacrificio de sus hijos. Lamentablemente lo que muchos no saben, es que les colocaron una losa enorme de presión a sus hijos desde muy chicos, quienes en la mayoría de las ocasiones terminaron derrotados, frustrados y odiando de por vida al deporte que practicaron de pequeños.

¿Cómo saber si se debe de seguir ese camino o no? Primero que nada yo diría que se tiene que amar más el proceso que el resultado en esta etapa. Porque para llegar al éxito se necesita tener muchos fracasos antes, y si no estás dispuesto a socializar con la derrota desde pequeño, es mejor seguir otro camino. Y segundo, yo diría qué si es la obsesión de los padres, pero no del hijo, es un camino que tarde o temprano tendrá un final doloroso para todos.

Obvio todo esto lo sabe Tiger, así que no será a los 15 ni a los 17, pero si los amantes del golf tienen paciencia, estoy seguro que veremos a Charlie Woods en unos cinco años estar compitiendo al tú por tú con los mejores golfistas del mundo.