Ángel Papadópulos

Remontada de Tigres en la final de Liga MX

TIEMPO DE COMPENSACIÓN

Ángel Papadópulos*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Ángel Papadópulos
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Las Chivas de Veljko Paunovic tenían ventaja de 2-0 sobre los Tigres y estaban a 35 minutos de convertirse en el equipo más ganador del futbol mexicano junto con el América. No obstante, la escuadra visitante ejecutó una de las remontadas más épicas en la historia del balompié nacional.

El colapso del Guadalajara sin duda es inaceptable. No obstante, su ventaja parcial en el encuentro me parecía circunstancial, al igual que en rondas previas de la Liguilla, las anotaciones se derivaron de la pelota parada y de una gran jugada individual por parte de Roberto Alvarado tras el cambio del juego de Alexis Vega. Realmente no generaron peligro desde un funcionamiento colectivo.

También cabe destacar la poca creatividad por parte de los volantes de Chivas. El ataque no fluyó en ningún momento e incluso menos después de los cambios. Se le ha criticado hasta el cansancio a Paunovic por dichas modificaciones, pero la realidad es que las opciones desde la banca eran limitadas, sobre todo comparadas a las del rival. Además, sacar a Alexis Vega durante la Liguilla no ha sido un capricho, se debe a una falta de fondo físico, ya sea por el pronto regreso de su lesión o simplemente por falta de condición.

En la segunda mitad, Tigres comenzó a crear un dominio total que partía desde el sobresaliente desempeño de Rafael Carioca como mediocentro. E brasileño tuvo una actuación que lo confirma como uno de los mejores extranjeros que ha participado en la Liga MX en tiempos recientes.

Los regios tuvieron una temporada atípica desde el inesperado cambio en el banquillo tras la salida de Diego Cocca. Ya en la Liguilla, estos Tigres sufrieron en cada una de las rondas, incluyendo el repechaje contra el Puebla. Sin embargo, debido mayormente a la jerarquía y profundidad de su plantel, junto con ajustes puntuales de Siboldi, fueron capaces de sobreponerse a constantes adversidades para conseguir su octavo título.

A pesar de la diferencia de plantel, el colapso de los locales es inexplicable. Hemos visto a Chivas ser capaz de guardar un resultado, ya sea con el balón o sin él. En esta ocasión, el Rebaño perdió la posesión de balón y Tigres fue capaz de generar constantemente tras comenzar la tenencia del esférico. Veremos si el Guadalajara puede continuar en esta trayectoria de cara al próximo torneo.