Antonio Fernández Fernández

Los derechos humanos de los migrantes

ANTINOMIAS

Antonio Fernández Fernández *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Antonio Fernández Fernández 
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

“Pero el tiempo es terco y pasa y todo vuelve”

La sirena inconforme, Augusto Monterroso

México, históricamente, ha sido un país de origen, tránsito, destino y retorno de migrantes, por lo que es de los pocos países que tienen todas las faces de la migración. Por un lado, miles de mexicanos migran a los Estados Unidos (EU), de los cuales muchos de ellos retornan a territorio nacional, mientras que por otra parte recibimos miles de migrantes, principalmente de Centroamérica, algunos de ellos se quedan en el país, pero la gran mayoría son de tránsito hacia los EU.

El principal motivo de la migración ilegal es la extrema pobreza que se vive en Centroamérica, aunado al gran índice de delincuencia, por ello emprenden el viacrucis dejando sus hogares, sus pertenencias, su familia y se aventuran en busca de una vida mejor y más segura, invirtiendo sus ahorros o endeudándose para poder pagar los gastos del viaje, las extorsiones y sobre todo el pago a los traficantes de personas que les prometen llevarlos a los EU.

En los últimos años, el problema de la migración centroamericana se ha agravado por el crecimiento de la pobreza, la inseguridad y por las restricciones del gobierno de los EU para el ingreso de indocumentados, provocando que la mayoría de los migrantes que viajan hacia los EU se queden en territorio mexicano, viviendo en las peores condiciones.

A los migrantes, nuestra Constitución Política, los Tratados Internacionales y la Ley de Migración, les otorgan, entre otros, el derecho a la vida, a la integridad personal, a la libertad, libre expresión, el acceso a la justicia y al debido proceso, así como la prohibición a ser discriminados, a la detención arbitraria y a la tortura, siendo todos estos derechos fundamentales, los cuales el Estado Mexicano debe garantizar.

Según el artículo diecisiete de la Ley de Migración, sólo las autoridades migratorias pueden retener la documentación que acredite la identidad o situación migratoria, haciéndolo saber a las autoridades correspondientes, situación que no se respeta, pues desde que se implementó que la Guardia Nacional patrulle la frontera sur, son sus miembros los encargados de revisar y detener a los migrantes ilegales que llegan al país, violando las disposiciones de la Ley de Migración.

Desde luego que el Estado Mexicano se enfrenta a una clara violación de los derechos humanos de los migrantes ilegales, pues se les detiene y se les priva de la libertad sin ningún proceso legal y sin acceso a la justicia, mucho menos se les otorga la asistencia médica, todo esto propiciado por la red de corrupción que impera en el Instituto Nacional de Migración, y las mafias de tratantes de personas que hasta ahora no se han podido extinguir.

Después del trágico accidente del tráiler que transportaba decenas de migrantes la semana pasada, y donde murieron cincuenta y cinco personas, quedaron evidenciadas las redes de corrupción y el maltrato que sufren los migrantes, con lo que sin duda estamos frente a un caso de responsabilidad civil del Estado Mexicano y de lo cual debería de responder.