Antonio Fernández Fernández

La nueva discriminación de género y el derecho

ANTINOMIAS

Antonio Fernández Fernández
Antonio Fernández Fernández
Por:

“La igualdad de género ha de ser una realidad vivida”

Michelle Bachelet

En los años recientes se ha generado una discusión respecto de la discriminación de género. Primero, por el uso del lenguaje poco incluyente, ya que en su mayoría ha sido construido desde la perspectiva del hombre (patriarcado) y por ello se ha discriminado, en un principio, a la mujer, pero ahora con las nuevas concepciones del género, también se les discrimina a gays, lesbianas, bisexuales, transgéneros, travestis e intersexuales y algunas más que puedan determinarse.

Por lo anterior, se ha propuesto cambiar el lenguaje para crear uno incluyente, que no sólo comprenda hombres y mujeres, sino toda la gama de concepciones de los géneros mencionados; para ello se han hecho propuestas para que en lugar de determinadas letras que produzcan el sentido masculino o femenino de la palabra, se conformen con signos que incluyan a todos los géneros.

Por su parte, en las leyes se tiene que distinguir entre sexo y género, el primero comprende las características biológicas con que se nace, como las anatómicas, fisiológicas y cromosómicas, que definen a los hombres y a las mujeres; mientras que el género se entiende como el conjunto de ideas, creencias y atribuciones sociales que se construyen en cada cultura y momento histórico, con base en una caracterización dentro de la sociedad.

Así, podemos observar que el género define de mejor forma a las personas en su entorno social, pero también frente al derecho; sin embargo, el derecho no puede evolucionar tan rápido y se encuentra todavía en una discusión inicial que es la de otorgarle a la mujer plenos derechos y no discriminarla, sin que todavía se logre la igualdad; cuando se plantea este nuevo tipo de discriminación, es muy difícil incluirla sin resolver la anterior.

Una de las cuestiones más discutidas es la referente a las actas de nacimiento expedidas por el Registro Civil, en las cuales se deben asentar diversos datos del recién nacido, entre ellos, el sexo, por lo cual los críticos de la discriminación han señalado que determinarlo es discriminatorio, porque en realidad no se sabe en ese momento y no debe imperar una cuestión puramente biológica, y por lo tanto, se debe eliminar de las actas de nacimiento tal característica, situación un tanto difícil de solucionar.

Los que propugnan por un lenguaje incluyente y que las leyes se modifiquen para no discriminar, deben comprender que precisamente el lenguaje sirve para nombrar y para diferenciar, por ello, cada nuevo concepto nombra algo y se le asigna un nombre que lo diferencie de los demás; mientras que el derecho toma como norma las generalidades, por ello, distingue entre hombres y mujeres, partiendo de esta base para que de ella se vaya reconociendo a las personas que se identifican de diferente forma, pero es un proceso lento y que requiere de mucha tolerancia de ambas partes para que llegue a un buen fin, es decir, para aceptar que al final todos somos seres humanos.