Poncio Pilato y la responsabilidad

ANTINOMIAS

Antonio Fernández *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Antonio Fernández
 *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Cada Semana Santa se habla de la vida de Poncio Pilato, sobre la cual se han escrito muchas historias, sobresaliendo las que se encuentran en los evangelios sinópticos, los cuales señalan que Jesús fue apresado por hombres armados pertenecientes a la guardia del templo, ordenado por Caifás; por otra parte, el Evangelio de Juan señala que Jesús fue apresado por órdenes del tribuno romano Poncio Pilato, quien era el Prefecto en Judea en ese momento. 

Los mismos evangelios señalan que los líderes saduceos por la noche realizaron un interrogatorio a Jesús, y por la mañana lo llevaron ante el Prefecto romano, por lo que esa mañana le pidieron a Pilato que lo ejecutara, ya que lo habían encontrado culpable de blasfemia; sin embargo, Pilato lo envía a Herodes Antipas, a quien le corresponde esa decisión, él cual lo devuelve a Pilato, para sea él quien tome la decisión.

Pilato se declara incompetente para tomar semejante decisión, pero la presión de los líderes judíos es mayor, quienes deciden cambiar la acusación a un delito mayor, como es la sedición, a pesar de ello, Pilato decide que él no puede juzgarlo; sin embargo, para congraciarse con el pueblo judío, con quien había tenido diversos enfrentamientos, decide que sea el propio pueblo judío quien decida el destino de Jesús, por ello deciden liberar a Barrabás y la crucifixión de Jesús, de ahí la famosa frase de quien no toma decisión y se la deja a los demás, lavándose las manos, como lo hizo Poncio Pilato, quien señaló: “No soy responsable por la sangre de este justo”.

La historia de Poncio Pilato, discrepa mucho dependiendo de la fuente, por ejemplo, señalan los evangelios que fue él quien ordenó la flagelación de Jesús, pero no hay pruebas de ello. Poncio Pilato es un símbolo cristiano de la vileza y de los bajos intereses de la política, y cómo se puede usar al pueblo para tomar una decisión y lavarse las manos de la responsabilidad.

La historia, normalmente, genera héroes y villanos, y la historia cristiana mucho más, pues su filosofía se basa en la idea del bien y del mal, polariza para obtener una mejor posición en su calidad moral, por ello es que debemos de comprender que mucho de lo que se ha escrito sobre Poncio Pilato, es parte de una creación histórica que responde a un momento dado como fue la crucifixión de Cristo.

Poncio Pilato se desempeñó como Prefecto en Judea, la cual estaba bajo el poder del Imperio Romano; Judea tenía serios problemas con Roma, en ese momento el emperador era Tiberio Julio César Augusto, habiendo sido uno de los más grandes generales de Roma, se preocupó poco de una región apartada de Roma, y cuya religión judía no practicaba, por ello muchas de las decisiones se tomaban directamente por los gobernadores como la que tomó Pilato. Debemos de entender el momento histórico, además de que nadie podía imaginar la trascendencia de la vida y muerte de Jesús.

La vida de Poncio Pilato, así como la vida de Jesús de Nazaret, van unidas, pues mientras Pilato, en la historia, es el responsable de la muerte de Jesús, tal vez de no haber sucedido así, Jesús no fuera el mártir y fundador de una nueva religión, con ello nos muestra que nunca sabremos a donde nos llevará la toma de decisiones, la prudencia, ante todo.