Consumo e inversión

PESOS Y CONTRAPESOS

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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La actividad económica terminal, la que le da sentido a todas las demás, es el consumo, entendido como el uso de un bien o servicio para satisfacer una necesidad (beber agua, comer pan, tomar medicina, etc.). El fin de la economía es el bienestar de las personas que depende, no exclusivamente, pero sí de manera importante, del consumo. ¿Cómo andamos en México en la materia?

Ya tenemos, proporcionados por el INEGI, los datos del Consumo Privado (CP) para octubre, que mide la compra de bienes y servicios de parte de las familias residentes en el país (excluyendo la adquisición de bienes inmuebles y objetos lujosos), compra que, en la mayoría de los casos, precede al consumo (la mayoría de los bienes y servicios que consumimos hay que comprarlos), por lo que es un buen indicador de éste.

En términos mensuales, comparando cada mes con el mes anterior, en agosto el CP creció 0.6 por ciento, en septiembre 0.3 y en octubre 0.2, dos meses consecutivos con menor crecimiento, por debajo del crecimiento promedio mensual que se tuvo entre enero y septiembre, 0.59 por ciento. Malo. El 0.2 fue la menor tasa de crecimiento del año.

En términos anuales, comparando cada mes con el mismo mes del año anterior, en agosto el CP creció 7.0 por ciento, en septiembre 5.9 y en octubre 5.8, dos meses consecutivos con menor crecimiento, por debajo del crecimiento promedio mensual que se alcanzó entre enero y septiembre, 8.09 por ciento. Malo. El 5.8 fue la menor tasa

de crecimiento del año.

El nivel del CP en octubre pasado fue un máximo histórico, lo cual quiere decir que nunca antes las familias residentes en el país habían comprado tantos bienes y servicios (bueno), lo cual no quiere decir que todas las familias cuenten ya con todos bienes y servicios necesarios para satisfacer correctamente sus necesidades (malo).

La producción de bienes y servicios, la creación de empleos y la generación de ingresos dependen de las inversiones directas, que dependen de la Inversión Fija Bruta (IFB), en instalaciones, maquinaria y equipo. ¿Cómo andamos

en México en dicha materia?

En términos mensuales, en agosto la IFB creció 1.9 por ciento, en septiembre decreció 0.7 y en octubre creció 1.4, por arriba del crecimiento promedio mensual que se tuvo entre enero y septiembre, 0.41 por ciento. Bueno.

En términos anuales, en agosto la IFB creció 4.0 por ciento, en septiembre 4.4 y en octubre 6.5, dos meses consecutivos con mayor crecimiento, por arriba del crecimiento promedio mensual que se registró entre enero y septiembre,

5.36 por ciento. Bueno.

El nivel de IFB de octubre fue similar al de diciembre de 2013 (en el momento más grave de la recesión, mayo de 2020, estuvo al nivel de agosto de 1997), y resultó 10.02 por ciento menor que el máximo histórico alcanzado en julio de 2018 (en mayo de 2020 se ubicó 41.87 por ciento por debajo

del máximo histórico). Malo.

Si por recuperación entendemos recuperar los máximos históricos que habíamos alcanzado antes de la recesión, en materia de IFB, y por lo tanto de inversiones directas, falta mucho para conseguirla, en una variable tan importante para el crecimiento de la economía, que se mide por la producción de bienes y servicios; para la creación de empleos y la generación de ingresos, que dependen de la producción; para

el bienestar, que depende, en buena medida, de los empleos y los ingresos. Pésimo.