Arturo Damm Arnal

Dos más

PESOS Y CONTRAPESOS

Arturo Damm Arnal *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Arturo Damm Arnal 
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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En el antepasado Pesos y Contrapesos escribí: “Éstas son las consecuencias si se aprueba la contrarreforma eléctrica: (i) expropiaciones de hecho; (ii) electricidad más cara y más contaminante; (iii) pérdida de competitividad del país; (iv) menos inversiones directas: (v) menor producción de bienes y servicios, menor creación de empleos, menor generación de ingresos; (vi) menos crecimiento, que depende de la producción, y menos bienestar, que depende de los empleos y los ingresos; (vii) violación del Estado de derecho; (viii) violación de tratados internacionales; (ix) litigios internacionales; (x) más presiones sobre las finanzas gubernamentales”, diez consecuencias a las que hay que agregar dos más: presiones inflacionarias y control político de la compra y venta de electricidad.

Expropiaciones de hecho, ya que “la instrumentación del sistema eléctrico que se plantea en esta iniciativa, requiere la cancelación de todos los permisos de generación eléctrica otorgados y los contratos de compraventa de electricidad, así como las diversas figuras de generación privada y las solicitudes pendientes de resolución”.

Electricidad más cara y más contaminante, ya que su generación de parte de la CFE resulta hasta 250 por ciento más cara que la generada por particulares, y es generada con fuentes sucias de energía. Dado que la electricidad será más cara se generarán más presiones inflacionarias.

Dado que la electricidad será más cara y más contaminante, México perderá competitividad, se invertirá menos, habrá menos producción, menos creación de empleos, menos generación de ingresos, menos bienestar.

Violación del Estado de derecho, entre otras cosas, por la violación de tratados internacionales, comenzando por el T-MEC, dando lugar a litigios internacionales.

Si fuera el caso de que al precio justo (cualquier cosa que eso signifique), al que se pretende proveer la electricidad, no se cubrieran los costos de producción, situación más que probable, sobre todo en el caso del consumo doméstico de electricidad, se tendrían que otorgar subsidios, lo que podría presionar todavía más a las finanzas del gobierno.

Por último, el control político de la compra y venta de electricidad, ya que, de aprobarse la contrarreforma, la CFE sería, no sólo monopolio por el lado de la oferta (sólo a ella, a ningún privado, podría comprársele la electricidad), sino también monopolio por el lado de demanda (sólo a ella, a ningún privado, podría vendérsele la electricidad), lo cual daría como resultado el control político de la compra y venta de electricidad, sin la cual no hay manera de realizar actividades económicas, desde la producción hasta el consumo, lo cual daría como resultado el control político de las actividades económicas de los particulares, desde empresas hasta hogares.