Arturo Damm Arnal

Estado de injusticia (1/2)

PESOS Y CONTRAPESOS

Arturo Damm Arnal*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Arturo Damm Arnal
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Norma, dice el Diccionario de la Lengua Española, de la Real Academia Española, es la “regla que se debe seguir o a que se deben ajustar las conductas, tareas, actividades, etc.”, y las hay de dos tipos: las informales, que son los usos y costumbres; las formales, que son las normas jurídicas. Las dos forman el marco institucional de una sociedad, que debe ser justo y eficaz. Justo: que prohíba violar los derechos de las personas. Eficaz: que incentive el respeto a los derechos de las personas. Porque una cosa es lo que exige la norma y otra la conducta de las personas, que puede ser contraria a lo que la norma exige, como sucede frecuentemente.

La ventaja de las normas, sobre todo de las jurídicas, aun de las injustas e ineficaces, es que brindan seguridad: la gente sabe qué comportamiento esperar de los demás, por lo que su conducta es previsible, y que la conducta de las personas sea previsible, que sepamos qué esperar de los demás, es condición para la convivencia civilizada, en general, y entre otras cosas, para el progreso económico, definido como la capacidad para producir más (dimensión cuantitativa) y mejores (dimensión cualitativa), bienes y servicios, para un mayor número de gente (dimensión social).

Podemos definir al Estado de derecho como el gobierno de las leyes justas (lo propio del ser humano es estar gobernado por leyes, no por hombres, por más que sean los hombres quienes hagan las leyes), siendo tales las que reconocen plenamente, definen puntualmente y garantizar jurídicamente los derechos de las personas, comenzando por los naturales, aquellos con los que la persona es concebida, a la vida, la libertad individual y la propiedad privada, Estado de derecho que, además de leyes justas, requiere de autoridades honestas y eficaces, capaces de hacerlas valer, eficacia de las autoridades que depende, en buen medida, de su honestidad. Si el Estado de derecho es el gobierno de las leyes justas entonces es Estado de Justicia.

Con frecuencia en México el Estado de derecho no pasa de ser (la expresión es de Gabriel Zaid), Estado de chueco que, si el Estado de derecho es en realidad Estado de justicia, entonces es Estado de injusticia, el peor de los Estados posibles. En el Estado de injusticia las leyes pueden ser justas, por lo que se tendría Estado de derecho solo nominalmente, pero si no se respetan, ¡sobre todo de parte de las autoridades gubernamentales!, entonces realmente hay Estado de chueco, Estado de injusticia, lo que sucede frecuentemente en México.

Resulta peligrosa la facilidad con la que los gobernantes de la 4T violan las leyes, comenzando por la Constitución, y todo indica que no hay manera de pararlos y sancionarlos, siendo más grave lo segundo que lo primero.

Continuará.