Arturo Damm Arnal

Itinerario del progreso económico (4/10)

PESOS Y CONTRAPESOS

Arturo Damm Arnal *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Arturo Damm Arnal 
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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La escasez -no todo alcanza para todos, menos en las cantidades que cada uno quisiera, y mucho menos gratis- es el problema económico de fondo. Para minimizarlo deben cumplirse condiciones de oferta, demanda y poder adquisitivo del dinero.

Por el lado de la demanda (en el anterior Pesos y Contrapesos vimos el lado de la oferta), la condición que debe cumplirse es que los consumidores generen el mayor ingreso posible, para poder comprar la mayor cantidad posible de bienes y servicios, para poder satisfacer la mayor cantidad posible de necesidades.

Lo primero que se necesita, a manera de condición necesaria, pero no suficiente, para que el ingreso aumente y sea el mayor posible, es que se incremente la productividad del trabajador, su capacidad para hacer más con menos o, por lo menos, para hacer lo mismo con menos, para lo cual se requiere de más y mejor capital (todo lo que se necesita para poder producir), desde el humano (conocimientos y habilidades), hasta el físico (maquinaria y equipo). Formación, acumulación y mejora de capital.

Dado que salarios, sueldos, honorarios, los precios del trabajo, se determinan por la relación entre oferta y demanda de cada tipo de trabajo en su mercado, para que aumenten los ingresos, cumplida la condición de la productividad, se necesita que la demanda de trabajo de parte de los empleadores sea mayor que su oferta de parte de los trabajadores. Se trata de la versión invertida de la Ley de la Demanda: “Ceteris paribus, a mayor demanda de X mayor precio de X”.

¿De qué depende la demanda de trabajo de parte de los empleadores? De las inversiones directas, que producen bienes y servicios, crean empleos (demanda de trabajo), y generan ingresos, mismas que dependen de la confianza de los empresarios, misma que depende de la competitividad del país, de su capacidad para atraer, retener y multiplicar inversiones directas, misma que depende del Estado de Derecho, del respeto al derecho a la libertad individual para producir, ofrecer y vender, y a la propiedad privada sobre los medios de producción necesarios para producir, ofrecer y vender satisfactores, para crear empleos y generar ingresos, para elevar el bienestar de las personas, que depende, en buena medida, de los empleos y los ingresos.

El cumplimiento de las condiciones que deben darse, tanto por el lado de la oferta (que se produzca lo más posible y se ofrezca al menor precio posible), como de la demanda (que se genere el mayor ingreso posible), depende de las inversiones directas, que dependen de la confianza de los empresarios, que depende de la competitividad del país, que depende del Estado de Derecho, del respeto a los derechos de los agentes económicos. Estado de Derecho, ¡la clave!

Continuará.