Arturo Damm Arnal

De la recuperación

PESOS Y CONTRAPESOS

Arturo Damm Arnal
Arturo Damm Arnal
Por:

Dos comentarios relacionados con la recuperación.

Primero.

En primer lugar tendremos de recuperar la tasa de crecimiento del PIB que teníamos antes de la recesión, en 2018, 2.22 por ciento, algo que se logrará, por obra y gracia del efecto rebote de manera “espectacular”, durante el segundo trimestre del año, para el que se espera un crecimiento del PIB del 15.95 por ciento, para luego regresar a la normalidad con crecimientos del 4.73 y 2.85 para el tercero y cuarto trimestres del año (Encuesta sobre las Expectativas de los Especialistas en Economía del Sector Privado, marzo de 2021).

En segundo lugar tendremos que recuperar el nivel del PIB que teníamos en 2018, antes de la recesión, y que fue de 24.4 millones de millones de peso, lo cual dependerá de las tasas de crecimiento del PIB de 2021 y 2022.

En tercer lugar tendremos que recuperar el nivel del PIB por habitante que teníamos antes de la recesión, en 2018, y que fue de 196 mil 405 pesos, lo cual dependerá de las tasas de crecimiento del PIB, y de la población, de 2021, 2022 y 2023.

Si por recuperación entendemos volver a estar como estábamos antes de la recesión, no solo en materia de tasa de crecimiento, no solo en materia del PIB, sino sobre todo en materia del PIB por habitante, la recuperación tendrá que pasar por estas tres etapas, que en su conjunto podrían tardar tres años: la primera en 2021, la segunda en 2022, la tercera en 2023.

Segundo.

La recuperación empezará por el lado de la demanda (compra y consumo), y ello dependerá, de la vacunación, y del ingreso de la gente, es decir, de la confianza y el poder adquisitivo de los consumidores. No bastará que los consumidores recobren la confianza para salir si no tienen ingreso suficiente para comprar.

Supuesta la recuperación por el lado de la demanda, seguirá la recuperación por el lado de la oferta (producción y venta), cuyo primer impulso vendrá, gracias a una mayor demanda, de las ventas, lo cual dependerá de la confianza y el poder adquisitivo de los consumidores, lo cual dependerá, en primer lugar, de la vacunación.

El segundo impulso de la recuperación por el lado de la oferta dependerá, no de las mayores ventas, consecuencia de la mayor demanda, efecto de la confianza y del poder adquisitivo de los consumidores, sino de la mayor producción y oferta, consecuencia de la confianza de los empresarios para invertir directamente más, lo cual dependerá de que la 4T deje de agredir a la iniciativa privada.

Al final de cuentas la recuperación dependerá de las inversiones directas, de las cuales dependen la producción de bienes y servicios, la creación de empleos y la generación de ingresos, de los cuales depende la demanda, la compra y el consumo y, por ello, el bienestar de las personas.