Recuperación: primer paso

PESOS Y CONTRAPESOS

Arturo Damm Arnal
Arturo Damm ArnalLa Razón de México
Por:

Después de una recesión económica, definida como dos o más trimestres consecutivos de decrecimiento (en México sumamos ocho, del segundo de 2019 al primero de 2021), cada quien tendrá su idea de lo que debe entenderse por recuperación, idea necesaria para poder identificarla.

Por recuperación hay que entender volver a estar como estábamos antes de la recesión, cuyas primeras presiones se manifestaron, con la contracción de la Inversión Fija Bruta, en el último trimestre de 2018, después de la cancelación de la construcción del NAICM en Texcoco, en octubre de aquel año. Por recuperación hay que entender volver a estar como estábamos en el tercer trimestre de 2018. ¿En función de qué?

Hay tres posibilidades: en función de la tasa de crecimiento del PIB; en función del nivel del PIB; en función del nivel del PIB por habitante. Podremos hablar de recuperación cuando hayamos recuperado el nivel del PIB por habitante que teníamos en el tercer trimestre de 2018, último paso de un proceso de recuperación que pasará, en primer lugar, por la recuperación de la tasa de crecimiento del PIB y, en segundo término, por la recuperación del nivel del PIB.

A lo largo del segundo trimestre del año dimos el primer paso: recuperamos, ¡y con creces!, la tasa de crecimiento del PIB. Durante el tercer trimestre de 2018 la tasa de crecimiento del PIB fue 2.8 por ciento. Según la Estimación Oportuna del Producto Interno Bruto (la cifra definitiva la conoceremos el 25 de agosto), en términos anuales, comparando cada trimestre con el mismo trimestre del año anterior, en el segundo trimestre del año el PIB creció 19.6 por ciento, por mucho la tasa más elevada de la que se tenga registro, cifra que hay que considerar con cuidado, sin echar las campanas al vuelo, porque es el resultado del efecto rebote.

Hay que tener en cuenta que en el segundo trimestre de 2020, durante la etapa más fuerte de la recesión, consecuencia del cierre parcial de la economía durante abril, mayo y junio, el PIB decreció 18.7 por ciento, y que es contra ese trimestre contra el que se está comparando el segundo trimestre de 2021. Dicho de la manera más sencilla posible: después de un resultado muy malo no resulta difícil alcanzar uno muy bueno, consecuencia del efecto aritmético de comparar contra un resultado muy malo.

A partir del tercer trimestre la tasa de crecimiento bajará, y el crecimiento volverá a la normalidad. Según la última encuesta del Banco de México, entre los economistas del sector privado, en el tercer y cuarto trimestre el PIB crecerá 6.3 y 3.7 por ciento, para terminar el año con un crecimiento de 5.8 (2.8 para 2022).

Después de ocho trimestres de decrecimiento ya recuperamos el crecimiento. Ya dimos el primer paso. Faltan los otros dos: nivel del PIB, nivel del PIB por habitante.

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.