Britney libre, Assange se casa

BAJO SOSPECHA

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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“La libertad nunca es dada voluntariamente por el opresor; debe ser demandada por el oprimido”

Martin Luther King

Finalmente después de una batalla legal de más de 13 años, Britney Spears ha logrado su independencia y derechos como mujer adulta. A sus 40 años recuperará su independencia legal, económica, profesional y personal.

El apoyo de fans a la diva del pop

Confetti cae sobre seguidores de Britney Spears, afuera del Palacio de Justicia de Stanley Mosk, el pasado viernes, tras conocerse el fallo en el que la cantante recupera su independencia.
Confetti cae sobre seguidores de Britney Spears, afuera del Palacio de Justicia de Stanley Mosk, el pasado viernes, tras conocerse el fallo en el que la cantante recupera su independencia.Foto: Reuters

El pasado viernes 12 de noviembre, la jueza de la Corte Superior de Los Ángeles, Brenda Penny, aceptó terminar con la tutela legal que controlaba Jamie Spears.

Pero no fue fácil, para llegar a este punto, la estrella pop pasó por múltiples decepciones en tribunales. El más notorio ocurrió a finales de julio pasado cuando se dio a conocer que el abogado de la cantante, Mathew Rosengart, había iniciado procedimientos judiciales para eliminar la controvertida tutela. Su abogado detalló que durante su testimonio en una corte de Los Ángeles, la cantante rogó llorando que se pusiera fin a la custodia, la cual calificó de abusiva.

Britney pidió que sus finanzas, valuadas en unos 60 millones de dólares, las administrara un contador independiente, incluso reclamó una investigación contra su padre por diversas controversias, incluidos gastos injustificados.

El padre de Britney, quien en un principio la apoyó cuando ella estuvo en problemas, una vez que ella estaba lista para salir adelante, no quiso soltar el control de la vida ni de las finanzas de la cantante.

En algún momento, Spears ya no quería salir a los escenarios si continuaba bajo el yugo de su padre.

Pero a finales de septiembre pasado, ganó una batalla cuando la jueza Brenda Penny suspendió la tutela a su padre por considerar que dicho acuerdo reflejaba “un ambiente tóxico”.

Desde que la cantante inició la batalla legal, el apoyo de sus fans fue incondicional. Ese día, horas antes de la audiencia, una calle principal afuera de la Corte fue cerrada al tránsito vehicular para que unos 100 simpatizantes marcharan y realizaran una protesta en la que gritaban: “¡La tutela debe terminar!”, incluso, meses antes habían creado el hashtag freebritney.

Finalmente, la princesa del pop ganó. Una mujer que ha trabajado desde niña, que ha amasado una fortuna de millones de dólares y que ha sido siempre manejada y representada por su padre, deja atrás este capítulo en el que no podía tener su propia custodia siendo una adulta, y el hombre que siempre la ha explotado económicamente la tenía dominada por tener los derechos legales sobre ella y su dinero, como si fuera menor de edad.

Con su padre de tutor, Britney no podía decidir si se casaba, tenía hijos, compraba alguna propiedad o cómo manejaba su dinero.

La cantante pasó por un momento difícil de drogas y alcohol, e incluso estuvo internada en un hospital psiquiátrico, pero eso fue en 2008. Tras esos años oscuros, ella ya se podía hacer cargo de su vida y, como bien lo dijo, decidir con quién se puede casar o qué hacer con el dinero que ella misma generó.

Quien sin duda celebró la libertad de Britney fue Sam Asghari, con quien se comprometió en 2019 y con quién, ahora, deberá crear un acuerdo prenupcial en el que su padre no estará involucrado.

De todas formas, Britney asegura que trabajará con contadores independientes y representantes para que le cuiden sus finanzas y carrera.

Es una realidad que años atrás, Britney atravesó severas crisis por lo que le fue impuesta la tutela. Entre sus escándalos más sonados se encuentra el divorcio con Kevin Federline en 2007, padre de sus hijos Sean Preston y Jayden James. En ese momento empezó a consumir drogas y a protagonizar varios escándalos.

Ese mismo año ingresó a un centro de rehabilitación en el cual duró sólo 24 horas y escapa. Al día siguiente, ocurrió uno de los peores episodios en su vida: la princesita del pop se rapa la cabeza, cuando termina se ve al espejo y comienza a llorar.

Días después se le ve muy molesta atacando a los paparazzis que la persiguen con un paraguas, lo cual la convirtió en blanco de críticas por su actitud tan agresiva.

Pero Britney se recuperó, salió adelante, dejó las drogas y hoy es una exitosísima cantante que puede y debe manejarse como ella quiera, no bajo el yugo de su padre, con quien por cierto, no lleva una buena relación y quien también ha buscado sacar provecho de los recursos económicos de su hija. 

Julian Assange. Otro personaje controvertido que tampoco ha podido ser libre en su toma de decisiones, pero por estar preso, es Julian Assange, el fundador de WikiLeaks.

Finalmente, Julian Assange ha obtenido el permiso para casarse con su pareja.

Recientemente se le permitió contraer matrimonio con Stella Morris en la prisión Belmarsh de alta seguridad de Belmarsh, en Londres.

Assange tiene dos hijos con Morris y el matrimonio era importante para él, su esposa e hijos, por un tema de pensión.

Mientras tanto, Assange sigue luchando para evitar ser extraditado a Estados Unidos, donde se le acusa de 17 cargos de espionaje, así como de filtración masiva de más de 700 mil documentos clasificados, por los que puede ser condenado hasta 175 años en prisión.

Así como la boda no tiene fecha, tampoco tiene respuesta el tribunal británico a Estados Unidos, que en enero interpuso un recurso legal contra la negativa de extraditar a Assange. Un primer argumento fue que existía el riesgo de que el australiano de 50 años se suicidara.

Al igual que Britney, la futura esposa de Assange pasó por una batalla legal para obtener su derecho a casarse. La abogada sudafricana inició acciones legales contra el alcalde de la prisión, así como contra Dominic Raab, secretario de Estado de Justicia del Reino Unido, quien también es el adjunto del primer ministro Boris Johnson.

Aseguraba que interferir en los asuntos personales de la pareja era una estrategia para disminuir la fuerza de voluntad de Assange, quien ha pasado 20 meses en Belmarsh.