Bibiana Belsasso

La complicada relación bilateral

BAJO SOSPECHA

Bibiana Belsasso *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Bibiana Belsasso 
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Las delegaciones de México y Estados Unidos están sosteniendo el Diálogo Económico de Alto Nivel (DEAN), la sede es en Washington, D.C. El encuentro será hoy y mañana.

Funcionarios mexicanos como el canciller, Marcelo Ebrard; la secretaria de Economía, Tatiana Clouthier; el subsecretario de Hacienda, Gabriel Yorio, y la subsecretaria de Comercio Exterior, Luz María de la Mora, han viajado a Estados Unidos para platicar con sus contrapartes.

Hace unos días, en México, Tatiana Clouthier declaró: “no me asusta el diálogo, no me asusta que tengamos diferencias. Me asusta que no tengamos mecanismos para dialogar, pero los tenemos en el T-MEC”.

Y claro que está complicado poder dialogar, y aunque se tenga el T-MEC, los estadounidenses aseguran que México no está cumpliendo los acuerdos.

Y es que las posturas de los mandatarios de ambos países parecen ser diametralmente diferentes.

Por ejemplo, mientras el Presidente López Obrador ve como uno de sus principales proyectos la refinería de Dos Bocas, el Presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció justo ayer un plan para que la engería solar produzca el 45 por ciento de la electricidad de ese país para el 2050, una ambiciosa meta para transformar el sector energético, y aseguró que así se le hará frente a la crisis climática.

Si bien en la reunión de alto nivel que se está llevando a cabo en Estados Unidos los principales temas a tratar son los económicos, el tema energético será central, pero también se hablará de seguridad y migración.

Hace dos meses entró en vigor el nuevo Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá, el T-MEC, y las nuevas políticas energéticas en nuestro país podrían provocar que México incumpla sus compromisos energéticos y ambientales, así lo han indicado varios especialistas.

Antesala del encuentro

El canciller Marcelo Ebrard, en reunión de alto nivel con autoridades de EU en marzo pasado.
El canciller Marcelo Ebrard, en reunión de alto nivel con autoridades de EU en marzo pasado.Foto: Especial

Se debe a que estas nuevas políticas limitan la generación privada de renovables para priorizar a las estatales Petróleos Mexicanos (Pemex) y Comisión Federal de Electricidad (CFE), lo cual contradice el acuerdo comercial.

El T-MEC, que va hacia un libre mercado y una menor intervención del Estado, así como a la protección de inversiones de los tres países, sobre todo en el tema de energía y medioambiente.

Incluso, empresas internacionales se han acercado al World Resources Institute, WRI México, para denunciar que sus inversiones están en riesgo, incluso la Asociación Mexicana de Fibras Inmobiliarias (Amefibra), la Asociación Mexicana de Parques Industriales Privados (AMPIP), y otras empresas textiles han mostrado su preocupación.

Y es que son contratos de miles de dólares de inversión para México que hoy están en el aire.

Un ejemplo claro de posibles daños son los contratos firmados en el sexenio pasado entre privados y CFE, en las tres subastas de largo plazo se estima que asciende a 16 mil 783 millones de dólares. El monto podría elevarse dos mil millones de dólares más si los contratistas solicitan también la indemnización.

Y como éstos también en Pemex existen contratos firmados que deben respetarse para evitar multas, sanciones o indemnizaciones.

Con los temas energéticos, la delegación mexicana la tendrá complicadísima para poder llegar a acuerdos con sus contrapartes.

Pero, además, está el tema de la migración y seguridad que, si bien no es un tema central para este encuentro, sí es una crisis que hoy se ha desatado en nuestro territorio de migrantes que buscan pasar por México para llegar a Estados Unidos.

El tema migratorio, que, sin duda, acaparará la agenda bilateral.

El Presidente López Obrador insistió en que a través de una carta pedirá a su homólogo, Joe Biden, que para la atención del fenómeno migratorio quiere la colaboración del vecino país para implementar un Plan de Desarrollo Integral para Centroamérica, el cual incluye, entre otros puntos, poner en marcha los programas Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo el Futuro en Guatemala, Honduras y El Salvador.

La delegación mexicana lleva, de parte del Presidente Andrés Manuel López Obrador, una carta dirigida al mandatario de Estados Unidos, Joe Biden, solicitándole otorgar visas de trabajo en ese país a los centroamericanos que formen parte de alguno de los programas impulsados por la 4T, como Jóvenes Construyendo el Futuro o Sembrando Vida.

Para Estados Unidos, el plan Sembrando Vida no funciona, ni para detener la migración y mucho menos para el control de la seguridad, pues sienten un México desbordado por el crimen organizado.

Pero además, después de la abrupta salida de Estados Unidos de Afganistán, Biden no se encuentra en su mejor momento político y está endureciendo sus políticas migratorias.

Mientras tanto, aquí en México, las imágenes que hemos visto en la frontera con Chiapas son desgarradoras; hasta el momento, cuatro caravanas no mayores a mil personas han sido desarticuladas.

En Estados Unidos hoy se visualiza una política migratoria como la implementada por el expresidente Donald Trump, quizá un poco más ligera.

A México no le conviene que Estados Unidos endurezca sus posturas migratorias hacia los mexicanos, porque se ha reducido el número de connacionales que llegan al vecino país del norte, lo que sostiene parte importante de la economía de México con las remesas que envían.

Hay otro tema que permanece en medio de la agenda económica: es el incremento de la violencia en México y el incremento de tráfico de fentanilo hacia Estados Unidos.

Los cárteles Jalisco Nueva Generación y el de Sinaloa son los principales proveedores de esta droga. Hay más de 90 mil decesos, una cifra récord.

Mientras las muertes allá son por el consumo de fentanilo, de este lado de la frontera el aumento de fallecimientos se debe a la violencia que esos mismos cárteles y otros grupos criminales generan por la disputa de plazas.

Está también a discusión el tema de la venta de armas que ha nutrido al crimen organizado en México.

El DEAN fue creado en 2013 por los presidentes Obama y Peña, como parte de un acuerdo integral de cooperación entre ambos países para fortalecer la relación bilateral.

Estuvo suspendido mientras Trump estuvo al frente de Estados Unidos, pero a partir de este año la reinstalación de este diálogo económico fue uno de los primeros acuerdos a los que llegaron las administraciones de Joe Biden y López Obrador.

Esperemos que sea un encuentro benéfico y en donde se lleguen a acuerdos. De no hacerse, Estados Unidos pierde, pero México mucho más.