Bibiana Belsasso

El control por Colima, Jalisco y Nayarit

BAJO SOSPECHA

Bibiana Belsasso*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Bibiana Belsasso
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Durante décadas, Colima, Jalisco y Nayarit fueron estados muy seguros y paraísos turísticos, pero en estos 14 años, la seguridad de estos tres ha tenido un cambio notable.

Por ejemplo, hace más de una década y media, no hubiéramos imaginado balaceras constantes en las calles de Guadalajara, situación que hoy ocurre.

Colima es la cuarta entidad más pequeña de nuestro territorio, con poco más de cinco mil 500 kilómetros de extensión territorial, es un pequeño pedazo de tierra enclavado en el Pacífico mexicano, por su tamaño, la seguridad tendría que ser controlable; sin embargo, cuenta con uno de los puertos marítimos más importantes del país: el de Manzanillo, cuya seguridad no se ha podido garantizar y hoy se han implementado nuevas formas de control como la presencia de la Marina. Hace 14 años, era un estado seguro y una de las mayores joyas turísticas por sus playas en México. Pero no sólo los turistas, los criminales también lo empezaron a ver como un punto muy cotizado, pues por ese puerto llegan precursores químicos desde China o cargamentos de cocaína desde Sudamérica.

La disputa por esta plaza ha dejado a la entidad como una de las más inseguras; un reporte de la Fundación Seguridad, Justicia y Paz reveló que Colima es la ciudad más violenta en el mundo, de 50 urbes analizadas en 2022, con una tasa de 181 mil 094 homicidios por cada 100 mil habitantes.

El Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, que reveló el reporte de las urbes más violentas, advirtió que la ciudad de Colima “se aproxima a las circunstancias que prevalecieron en Medellín, Colombia, entre finales de los ochenta y principios de los noventa, debido a la guerra de Pablo Escobar contra el gobierno colombiano, para impedir su extradición a Estados Unidos”.

Durante mucho tiempo, las autoridades aseguraban que Colima era muy seguro, pero que los cuerpos de las personas asesinadas en los estados colindantes como Jalisco y Michoacán, eran aventados a Colima para que en las estadísticas apareciera como un estado con mayores índices de violencia. Esto es mentira, en Colima hay una fuerte presencia de grupos criminales para quienes ese territorio es importantísimo por el Puerto de Manzanillo.

En 2021, la violencia en este estado se agudizó debido a la ruptura entre dos células del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Una bajo el mando de Felipe Peñaloza, El Rojo, y la otra a cargo de Víctor Alexander Torres, sobrino del jefe de asesinos del Mencho, José Bernabé Brizuela, La Vaca, quien operaba desde otra entidad (Sinaloa) y a quien detuvieron en 2022.

Esta violencia se desató cuando Los Mezcales provocaron una riña en el Cereso de Colima. Además está el reporte de la presencia del Cártel de Sinaloa y del Cártel Independiente de Colima, que hacen de la entidad un caldo de cultivo de constantes balaceras, persecuciones y homicidios.

Lo que ocurre en ese estado repercute en su vecino Jalisco y viceversa, el cual es el centro de operaciones del CJNG, donde mantienen el mayor dominio, principalmente en Puerto Vallarta, para lavar ingresos a través de clubes nocturnos, bares y restaurantes.

En 2022, Jalisco se ubicó entre las seis entidades más violentas, de acuerdo con un informe de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). Seis grupos criminales buscan el control: CJNG, Los Cuinis, Cártel de Sinaloa, La Nueva Familia Michoacana, Los Guerreros y Cártel Nueva Plaza, así lo reveló la plataforma Presencia Criminal en México, elaborada por el Centro de Investigación y Docencia Económicas. Es la capital donde reportaron masacres como la ocurrida en Tonalá, en febrero del 2021, cuando un comando asesinó a 11 personas, y en Guadalajara, donde seis personas fueron ejecutadas en un centro de rehabilitación.

El recorrido por el litoral del Pacífico nos lleva a un estado continuo, que es Nayarit, el cual desde 2021 se convirtió en un punto estratégico en el tráfico de drogas, y por ello incrementaron las disputas en esta zona de los cárteles de Sinaloa y Jalisco. El CJNG tiene a dos operadores en esta entidad, por un lado está Audias Flores Silva, alias El Jardinero. La Sedena lo identifica como el principal operador de drogas, secuestros y extorsiones en 11 municipios, entre ellos San Pedro Lagunillas, Ahuacatlán, Acaponeta, Ixtlán del Río y Jala. La Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de EU, señaló en 2021 que El Jardinero es un líder relevante para el CJNG en Nayarit.

Violencia criminal, latente en los rincones

Durante 2022, en Colima se cometieron 738 homicidios dolosos, la cifra más elevada de los últimos ocho años, de acuerdo con el SESNSP.
Durante 2022, en Colima se cometieron 738 homicidios dolosos, la cifra más elevada de los últimos ocho años, de acuerdo con el SESNSP.Foto: Cuartoscuro

El otro operador es Hugo Gonzalo Mendoza Gaytán, alias El Sapo, quien controla la distribución como la producción y el trasiego de drogas en las regiones sur y costa sur de Nayarit. Se sabe que tienen bajo su mando la plaza de Puerto Vallarta y desde 2015 dirige al cártel en esta zona. Hace más de 10 años, esa violencia era ya parte de la vida cotidiana de los habitantes de las tres entidades, sólo que algunos de los grupos criminales eran distintos.

La geografía del crimen ha cambiado. Era el año de 2010, cuando en los medios daban a conocer que Jalisco blindaría sus fronteras con Nayarit y Colima, debido a la creciente violencia generada por Los Zetas, que en combinación con Los Beltrán Leyva disputaban esta zona del Pacífico con los cárteles de Sinaloa, del Golfo, los Valencia y La Familia. La zona era considerada por los grupos criminales uno de los puntos más importantes para la recepción de cargamentos de droga.

Datos de ese momento indicaban que mientras en 2009 hubo 37 asesinatos, en Nayarit al año siguiente sumaron 377; en Colima de 33 a 101 personas. Y en Jalisco, la violencia era mayor pues de 261 decesos en 2009, un año después incrementaron a 593 casos.

Hoy, esa violencia parece una constate, pese a que personajes relevantes han sido castigados como Roberto Sandoval, quien asumió la gubernatura de Nayarit en 2011, tras la salida de Ney González. Fue detenido el 6 de junio del 2021 en Linares, Nuevo León, junto con su hija Lidy Alejandra Sandoval, por el delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita.

Otro personaje es Edgar Veytia, detenido en 2017 y quien permanece preso en EU con una condena de 20 años, buscó un trato con la fiscalía en Nueva York, por ello testificó este año en el juicio contra Genaro García Luna, quien, por cierto, fue declarado culpable de cinco cargos el 21 de febrero.

En cuanto a Veytia, de 2013 a 2015 ocupó el cargo de fiscal general en Nayarit, decenas de nayaritas denunciaron que fueron extorsionados, secuestrados, torturados e incluso despojados de sus inmuebles por órdenes del también llamado Fiscal de hierro.

En esa época, Todo Personal estuvo en Tepic, Nuevo Vallarta, Nayarit, para investigar una denuncia del despojo de un terreno contra el empresario Eduardo Valencia, y recibimos amenazas del fiscal Veytia y su gente. Éstas llegaron acompañadas de una campaña impulsada desde el poder local en medios del estado contra el programa que lunes a viernes conducimos Jorge Fernández Menéndez y su servidora en canal ADN40.

En tanto, un reporte dado a conocer en enero del 2022 por La Comisión Nacional de Búsqueda (CNB) reveló que existieron lazos del 2011 a 2016 entre el gobierno de Nayarit y los Beltrán Leyva. Después del 2016 y hasta la detención de Edgar Veytia en Estados Unidos, esas alianzas se hicieron con el CJNG.

En estos 14 años, la geografía, las alianzas y las formas de operar de los distintos grupos criminales han cambiado, y la seguridad empeora.