Bibiana Belsasso

México y la seguridad interior de Estados Unidos

BAJO SOSPECHA

Bibiana Belsasso*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Bibiana Belsasso
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Para Estados Unidos, lo que sucede en territorio mexicano está directamente ligado a su seguridad.

Si el crimen organizado se fortalece en México, éste opera con mayor fuerza en los Estados Unidos, donde está el mayor número de consumidores.

El dato se conoce, son casi 100 mil muertos al año por consumo de fentanilo, y mucho de ese fentanilo se produce en nuestro país. Los principales productores son el Cártel de Sinaloa, con los hijos de El Chapo Guzmán al frente.

Por eso estaban tan indignados los estadounidenses el día que se liberó a Ovidio Guzmán, quien tenía una orden de extradición a Estados Unidos y el avión con matrícula de ese país, que trasladaría a Ovidio, ya estaba en Culiacán esperando que autoridades mexicanas lo entregaran.

Las visitas de altos funcionarios de Estados Unidos a México tienen siempre repercusiones, o algunos las llaman "coincidencias", lo cierto es que a nuestros vecinos del norte les importa, y mucho, los hechos violentos que se gestan en nuestro territorio y que, a su vez, repercuten del otro lado de la frontera.

El caso más reciente es lo ocurrido esta semana con la llegada a la Ciudad de México de Alejandro Mayorkas, secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos. El funcionario sostuvo un encuentro en Palacio Nacional, donde abordó varios temas, pero principalmente el asunto migratorio.

Un día previo a esta reunión, las fuerzas de seguridad federal detuvieron a uno de los hombres que por años ha generado violencia en Tamaulipas, hablamos de Juan Gerardo Treviño, alias El Huevo.

No se trata de un capo de poca monta. Este hombre era líder del Cártel del Noreste y del brazo armado denominado La Tropa del Infierno, con operaciones centrales en Nuevo Laredo, donde fue capturado. Para evitar que permaneciera bajo custodia de las autoridades, sus sicarios cometieron hechos violentos durante la noche del domingo 13 de marzo y madrugada del lunes 14 de marzo.

Sin embargo, de forma rápida El Huevo fue llevado a la Ciudad de México. Para cuando Mayorkas llegó a la capital del país, este delincuente ya estaba muy lejos de su base de operaciones en Nuevo Laredo.

Para poderlo extraditar de forma expedita, se dijo que El Huevo, tenía ciudadanía estadounidense y había entrado de forma ilegal a México. Creo que nunca se había dado una extradición tan rápida.

No fue casualidad

Un día antes de la visita a México del secretario de Seguridad Nacional de EU, Alejandro
Mayorkas, autoridades detuvieron a Juan Gerardo Treviño (der.), líder del Cártel del Noreste.
Un día antes de la visita a México del secretario de Seguridad Nacional de EU, Alejandro Mayorkas, autoridades detuvieron a Juan Gerardo Treviño (der.), líder del Cártel del Noreste.Foto: Especial

La detención es considerada una de las más relevantes en esta administración, debido a que este sujeto pertenece a uno de los clanes más sanguinarios: la familia Treviño. Su tío Miguel Ángel, El Z-40, fue el fundador de Los Zetas, el grupo armado que por más de una década generó la mayor violencia en el país.

Esta detención no es la única acción relevante realizada por el Gobierno federal ante la llegada de funcionarios estadounidenses.

En junio de 2021, cuando la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, viajó a la Ciudad de México para firmar un acuerdo de cooperación en materia migratoria entre ambos países, las detenciones en México de migrantes indocumentados se dispararon.

A partir de este punto, las capturas de migrantes indocumentados que ingresan a México en nuestra frontera sur escalaron un 23% en julio, de acuerdo con datos de la Secretaría de Gobernación; en agosto, aumentaron hasta un 71%, y para septiembre fue de un 120 por ciento.

De hecho, con más de 41 mil detenciones, solamente en septiembre pasado, el Gobierno de López Obrador batió todos los récords de capturas de migrantes desde que se empezó a llevar el registro en 2002, hace casi 20 años.

En sólo un mes, México detuvo casi a los mismos migrantes que en todo 2011, cuando el Instituto Nacional de Migración (INM) detuvo a unas 60 mil personas sin documentos.

Para septiembre de 2021, con el aniversario 200 de la Consumación de Independencia, el Presidente López Obrador invitó a su homólogo estadounidense Joe Biden, sin embargo, éste asignó a Anthony Blinken, su secretario de Estado, para que visitara la capital de nuestro país en su representación.

Días previos al evento, Blinken canceló las visitas porque el Presidente Andrés Manuel López Obrador pidió al gobierno de Estados Unidos poner fin al bloqueo comercial a Cuba.

Lo hizo en un momento en el que los ciudadanos cubanos exigían libertad en calles de La Habana y otras ciudades de la isla. Además, en el desfile militar por el 211 aniversario del inicio de la guerra por la Independencia de México, en el que el invitado especial fue el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, el Presidente dijo que ningún Estado tiene derecho a someter a otro para obligar a sus ciudadanos a enfrentar a su propio Gobierno.

Quedó sentida la relación con Estados Unidos después de la visita de Díaz-Canel.

Pero lo cierto es que cuando llegó al país Evo Morales, expresidente de Bolivia, fue recibido por el Gobierno mexicano como un héroe.

Durante sus tres semanas en México, el asilado dio entrevistas y conferencias.

Pero si la llegada de Morales a México fue por todo lo alto, su salida fue todo lo contrario: el viaje no se anunció, no hay fotos del despegue y de la despedida sólo se supo hasta que se lo preguntaron a López Obrador en conferencia matutina, donde dijo: "se despidió de mí, Evo; no para siempre".

Haberle dado asilo a Evo Morales, para muchos era una forma de mostrar que México tenía autonomía e independencia de Estados Unidos, pero la salida abrupta y en la cual Evo Morales no tuvo un gesto de amabilidad, después de cómo había sido tratado por el Gobierno de México, demuestra que no salió en buenos términos.

Y si de algo podemos estar seguros, es que Estados Unidos no quiere que en México se pierda el control y la seguridad, porque estamos muy cerca, y la seguridad en ambos puntos de la frontera se tiene que analizar de una forma global.